Salí a encontrarme con lo mío, con lo nuestro, y recorrí mi vieja y desvencijada colección de chamamecitos “del alma”…
Una y otra vez, aquellas melodías que no quieren morir nunca, que se desbarrancan en un rosario de emociones por mi espina dorsal, por mis ojos que no se quieren abrir “porque así escucho mejor”…La calandria escapa de su jaula y llena cada rincón, hasta mis hijos disfrutan tanto esta mágica creación de Isaco! (Asi los atrapé uno por uno, y hoy los cuatro son tan chamameceros como yo!)
Escuchando una por una esas composiciones, esas canciones llenas de nuestro propio espíritu, cargadas de nostalgia, de alegría, de cosas muy nuestras, vibro en cada una de esas letras como vibra todo el litoral y más allá.
Porque como enredadera se extiende el amor por esta música, cada vez más lejos…
Entonces me pregunto:
dónde y porqué caminos anda hoy nuestro chamamé?El bullicio de las peñas y los jóvenes ávidos de más espacio, de más encuentros para mostrar lo que han descubierto, lo que le han agregado, lo que le hacen sentir aquellas viejas melodías, con las gargantas nuevas y urgentes estrenan sapukays a cada rato!
Las voces de chicas y chicos se alzan melodiosas o potentes, sentiiidas, arrastraditas y todas muy muy orgullosas,
con una profunda necesidad de ser escuchados, de mostrar lo que han aprendido y de enseñarnos cómo se hace para no dejar morir nunca lo que se ama: creciendo juntos!
La roja sinecia de Julián Zini (
rosa correntina, como me gusta llamarla) aquella que en cada patio o jardín de mi provincia creció dándonos generosa su flor sencilla, apasionada, elegante y pura,
me recuerda a estos jóvenes, que en la flor de su más tierna juventud se abre a nosotros como celosa cordiona, para florearnos su chamamé,
el que re-nace con ellos, que son los guardianes, los continuadores de esta esencia, a quienes debemos prestar los oídos y el apoyo, a quienes tenemos que apuntalar generosamente, sin mezquinos intereses, sin ánimo de cambiarles el rumbo, solo respaldando su
camino de identidad.A ellos, a los jóvenes chamameceros de nuestra provincia, queremos decirles que
aquí estamos, que somos el medio, un instrumento más a ser utilizado, que
estamos a disposición de sus esfuerzos, que nos interesamos especialmente en ellos porque si ellos quieren nosotros podremos y solo entre todos, sin egoísmos, ni falsos parlamentos, podremos ayudar a nuestra música a crecer, a permanecer, a re-nacer!
Gracias a todos los que entienden nuestro deseo, gracias a todos los que comprenden esta necesidad, gracias a los que generosamente y sin preguntar simplemente se suman a este proyecto, y gracias también a quienes no pueden ver lo que buscamos, trabajamos con ardor, con pasión sin prisa y sin pausa, porque justamente ellos nos motivan a trabajar más porque nos preguntamos sin respuesta
“¿cómo puede haber correntinos que no quieren bien a nuestro chamamé o que simplemente no lo conocen por lo que es y lo que vale?”Algún día, ellos verán el recorrido que estos jóvenes de hoy han logrado…y habrán quedado muy lejos de haber disfrutado la alegría y el orgullo de acompañarlos, solos estarán, con su parlamento vacío y mezquino como un pecho de piedra…
Silvia Muñoz Velcheff
Presidente de Fundación Chamamé