En vísperas del 25 de Mayo, historia y recetas de los platos que atesoran los sabores tradicionales de la patria.

Con el correr de los años, hubo platos que quedaron asociados con la época de la Revolución de Mayo; comidas típicas que quizás tuvieron origen en otros lugares, pero que fueron adoptados de inmediato por los argentinos de aquel período. Entre ellos, están el locro y la carbonada, platos calientes y contundentes para paliar el frío.

La historia cuenta que la carbonada llegó al país con los inmigrantes de Bélgica (carbonnade). Pero hoy ya no hay secretos para cualquier ama de casa argent i n a : g u i s o de carne, con cebolla y a veces con toques de cerveza, que fue fluctuando de acuerdo con la cocinera de turno: puede agregarse maíz, un envase de zapallo y la infaltable papa.

El locro proviene del quechua ruqru o luqru, y en sus inicios fue consumido mayoritariamente en la zona de la cordillera de los Andes, desde Argentina, Chile hasta Ecuador, pasando por Perú y Bolivia. Al igual que la carbonada, también es llamado guiso.

Y también se prepara según una infinidad de recetas, aunque lo único que no suele variar es su base vegetal y el procedimiento de cocción, a fuego lento durante varias horas. De acuerdo con la región se lo puede preparar con carne de vacuno fresca o seca (charqui), vísceras como la tripa gorda o el chinchulín, mondongo, embutidos y costillas.

Para preparar un locro tradicional argentino no pueden faltar maíz blanco pisado, porotos blancos, cuerito de cerdo, patitas de cerdo, chorizo de cerdo, chorizo colorado, cebollas, aceite, zapallo, sal y pimienta, ají molido y pimentón. Aclaración: según el número de comensales, variarán las cantidades.

Alimento con muchas calorías y nutrientes, el locro suele extenderse en las mesas por todo el invierno. Sin embargo, se consume de manera masiva el 25 de mayo; fue considerado, a lo largo de la historia, como un plato tradicional para las fechas patrias. Y usted, ¿qué espera para ponerse manos a la obra? Un secreto: para que le salga más rico, mientras lo prepara sazone su corazón con el mejor chamamé, pongale a su espíritu algún rasguido doble, o baile con la patrona o el patrón un valseadito cucharón en mano, no hay forma que le salga mal, al contrario será la mejor forma de celebrar con alegría y todo el sabor el día de la Patria! Salud!