Por Antonio Tarragó Ros y Oscar Laiguera
Se le puede clasificar como instrumento folklórico por trasculturación. Su origen no se encuentra en el folk, sino en Europa, como producto de la sociedad contemporánea. Aerófono muy usado en el extremo sur del país, especialmente en la zona de influencia Chilena, una de las mas ricas del folklore musical. También su vigencia llega hasta la zona central, pero en forma poco frecuente. Existen dos tipos de acordeones: el acordeón piano y en de botones.
El primero consta de un pequeño teclado, que generalmente llega a las dos y media octavas con tonos y semitonos, para la mano derecha y botones de bajos para la mano izquierda. El acordeón de botones es mucho mas popular en la zona sur, pese a que sus posibilidades son mas limitadas, los ejecutantes destacan las perfectas armonizaciones que con el logran. Tiene solamente tonos mayores y diferencia sus notas según se comprima o traccione. En su mano izquierda lleva ocho bajos para acompañamiento. Ambos instrumentos son indispensables en las orquestas de música chilena y gozan de gran popularidad.
Método de Cordiona Verdulera
Anticipándonos
El presente método tiene como propósito facilitar al estudiante del acordeón de ocho bajos, la práctica con obras del repertorio conocido y del cual el instrumento es un exponente indispensable.
Hemos seleccionado una serie de temas ordenados según una dificultad creciente y un plan de aprendizaje sin maestro que, aunque arbitrario como cualquier otro método, cumple los pasos que posibilitan a cualquier persona medianamente dedicada, el logro que ponemos como objetivo: interpretar dichas canciones según se las conoce popularmente y en un período relativamente corto.
Este conjunto de conocimientos es más efectivo si se posee una formación previa en el instrumento. Indudablemente la ayuda de un maestro posibilitará que los resultados se obtengan más rápidamente; en ese caso este trabajo se constituirá en una guía de consulta sobre formas, estilos, modos y características que hacen a la cultura que estamos promoviendo. En ese sentido, más allá de ser un método para tocar un instrumento éste es un conjunto de pautas para aprender a tocar chamamé en dicho instrumento. De allí que demos por sabidos algunos conocimientos de teoría y práctica musical sobre los que no obstante, insistiremos. Aquellos aspectos en los que resultemos repetitivos o redundantes a juicio de algún observador, servirán para reafirmar el asunto en cuestión y asegurarnos la transmisión adecuada de nuestra idea.
Por lo expuesto podemos decir que nuestro trabajo supondrá y contendrá diferentes niveles de:
1. Conocimientos previos sobre teoría y práctica musical;
2. Conocimientos de aplicación específica del aspecto cultural que estamos tratando: intenciones, fraseos, intensidades, ataques, acentuaciones y todo enfoque que defina el lenguaje en cuestión;
En ciertas apreciaciones parecerá que nos enfrentamos con la cultura tradicional, mal llamada clásica, de orígenes centroeuropeos. Indudablemente reconocemos esos valores en el contexto en el que entendemos se deben tratar.
Trabajamos para dar un nuevo impulso a nuestra identidad desplazada y una de las maneras de hacerlo es reconocer los datos de la realidad cultural en la que vivimos, crecemos, sentimos y nos expresamos. Las influencias tienen que contemplarse en el marco del intercambio y no de la dependencia o de la imposición. La globalización es un fraude que sirve a los poderosos para someter a los demás a sus designios culturales que son la avanzada con la que compran a las masas ingenuas ávidas de "productos culturales".
Seguramente por eso insistimos en formar nuestra propia historia echando mano del recurso de la memoria que es de validez universal. Si por algo estamos condicionados es por nuestro amor a estas manifestaciones absolutamente arraigadas y de las que queremos hacer gala porque estamos orgullosos de lo que significan.
Vale hacer notar entonces que hay una verdadera búsqueda no por hacer un trabajo para ayudar a aprender la cultura del chamamé en un instrumento determinado sino que esa misma búsqueda tiene los ribetes de los objetivos que se buscan. Quizás hasta en nuestro lenguaje se vea una manera que es propia y que no habla desde otra alquimia sobre cómo se debe tocar esta música. Este método habla el mismo lenguaje con el que día a día vivimos y tocamos chamamé. En ese sentido es un ensayo alegórico, diría Borges.
Fuente: www.tarrago-ros.com.ar