A la tarde correntina no hay que agregarle las connotaciones climáticas, aunque por estos días el calor sea celebrado como un triunfo de fútbol después de tanto frío en la región. Emiliano y Pedro Balestra llegaron hasta la redacción del portal corrienteschamame.com con toda la predisposición para una charla extensa y entretenida. Aunque en los escenarios los acordeones hablan por ellos, en esta ocasión Emiliano tomó la palabra -oh quizás siempre sea así- lo cierto es que cada tanto buscaba a su hermano Pedro para ratificar sus palabras o para escudriñar esa luz que cierre las dudas abiertas.
- Cómo nace fuelles correntinos.El grupo nace más bien con el nombre de “Los Hermanos Balestra” hace quine o dieciséis. Pedro tenía cuatro y quien te habla tenía 7 años cumplidos. El empezó en el jardín ya a tocar el acordeón. Después en cada festejo familiar estaba Pedrito con la verdulera y yo en la escuela primaria. Cada uno desde su lugar comenzamos a tocar, el con su verdulera de ocho bajos y por mi parte con el acordeón a piano.
-Seguramente algún otro integrante de la familia ejecuta un instrumento, porque prácticamente desde la cuna están tocando ustedes.Bueno mi padre toca la guitarra. Entonces en las reuniones familiares nos sentábamos a compartir nuestra música, en aquel momento íbamos pasándonos la posta en cada chamame que interpretábamos. Estábamos muy hermanados con el tema de la música, comenzamos así a tener entre nosotros el mismo repertorio, siempre buscando las canciones que más nos gustaban.
-En ese contexto surgieron las primeras presentaciones, ¿ya en el ámbito escolar?Justamente, recuerdo que fue en la escuela, para la celebración del día del padre que nos invitaron a tocar. A partir de esa presentación, que nos sentimos muy cómodos haciendo esto que nos gusta tanto, que comenzamos a organizarnos mejor. En esa oportunidad nos presentamos como los Hermanos Balestra. Ya en los primeros escenarios contamos con el apoyo de algunos amigos que ejecutaban la guitarra. Los dos teníamos menos de diez años y la relación con el público fue buena desde ese entonces, hasta hoy en día cuando por alguna circunstancia no tocamos un fin de semana sentimos que nos falta algo, deseamos y hasta necesitamos a veces de ese encuentro. Hay una afinidad con la gente que ahora ya es parte de nuestra vida.
-En este derrotero de cosas que van viviendo, cuando se produce el quiebre, el envión que necesitaban para dedicarse por completo a la música.Nosotros decimos que el momento bisagra, o el giro que necesitaba nuestra carrera musical se produce en el año 1995. Cuando fuimos distinguido como Grupo Revelación del Festival Nacional del Chamame. Salimos primero en nuestro rubro que era conjunto instrumental, después competimos con los otros jóvenes que había en ese momento por la distinción de Grupo Revelación que terminamos obteniéndolo. En aquel momento la decisión pesaba mucho sobre la gente, porque dependía en gran parte de la respuesta que tenía el grupo frente al público. Ese fue un impulso muy grande para nosotros, nos marco muchísimo.
-Cómo fue su llegada a las peñas de Cosquín.A Cosquín llegamos dos años después de la Fiesta del Chamame, invitados por Cesar Isella al frente de la Peña Oficial de Cosquín. Cuando nos llegó la invitación era para participar por una noche, y finalmente tocamos durante las nueve noches coscoinas. Eso fue una experiencia única para cada uno de nosotros. Al término de las nueve noches recibimos el premio Revelación de la Peña Oficial de Cosquín, premios que en el año 96 había recibido Soledad y un año antes Los Tekis. A partir de ahí nació una gran amistad con Cesar Isella y se convirtió en padrino nuestro, lo cual nos permitió desde entonces a estar presente en los festivales folclóricos más importantes del país.
-Por qué tomaron el acordeón como instrumento central en su música.Emiliano – En particular a mi me gustaba el teclado desde chico, las teclas, le tenía mucha fascinación a este instrumento; pero después no me gusto el sonido que le daba al chamame. Entonces comencé a tomar el acordeón a piano y este sí me permitió expresarme de un modo diferente.
Pedro – Desde chico me enamore del instrumento. Cuando vi por primera vez el acordeón dije yo quiero tocar ese, y sólo ese, así que el primer acordeón que tuve fue una verdulera que me regaló mi madre. Y eso fue a los 4 años, hoy sigue siendo un anécdota recordado en la familia.
-En ese marco entonces desde el principio de Fuelles Correntinos la familia estuvo apoyándolos, como decía un acordeonista muy reconocido, mi padre no me ayudo a ser músico, me empujó a ser músico.Exactamente, podríamos decir que este es el mismo caso. Nosotros siempre destacamos el apoyo ferviente de nuestros padres para acompañarnos en este camino de la música. Es algo que además de mencionarlo deseamos que los padres también acompañen siempre a los jóvenes, porque más allá de lo que el chico o joven se quiera dedicar, si cuenta con el apoyo de sus padres la tarea se hace más llevadera y el puerto que uno desea alcanzar se hace más visible.
-Cómo nace la denominación que tienen ahora de Fuelles Correntinos.Bueno en este sentido estamos recién ahora identificándonos así. En muchas partes del litoral aún nos reconocen y nos ven como los Hermanos Balestra. El cambio de nombre surgió en Buenos Aires, mientras estábamos tocando, siempre tenemos cada uno de nosotros dos o tres acordeones. Entonces durante el recital cambiamos de acordeón, y cuando esto sucedía alguien del público grito algo así como “estos chicos están llenos de fuelles”, entonces junto a nuestro productor nos gusto después la idea de identificarnos con este nombre, “Fuelles Correntinos”.
-Por qué eso de tocar con más de una acordeón.Esto tiene que ver básicamente con el estilo de música al que apuntamos nosotros, también con nuestra personalidad. Son varios factores en realidad. Desde la técnica por ejemplo una de las acordeones de Pedro es de tres hileras y media con un tipo de sonido, después tiene dos verduleras con sonidos diferentes. Además buscamos siempre la innovación del sonido desde el acordeón, no de otro instrumento.
-Con estos años de músicos creen que han logrado un sonido que los identifique, que los distinga, que revele su sello personal.Nosotros desde muy chicos hemos estudiado el acordeón con un maestro rural, cerca de San Luís del Palmar. Esto significó aprender la técnica de cómo tocaban antes nuestros referentes chamameceros como pueden ser Transito Cocomarola, Montiel, Isaco y Tarragó Ros. Después de eso comenzamos a estudiar música, somos hoy profesores de música. El instrumento es básicamente una forma de expresión y refleja entonces lo que siente el corazón y el alma de quien lo ejecuta. Pienso que sí logramos transmitir lo que pasa por dentro nuestro, lo que sentimos es la música que hacemos. Además hace algunos años comenzamos a componer, tanto temas con letra y música como temas instrumentales. Esto nos permite expresar aquello que no encontramos en el cancionero chamamecero, de alguna forma aportamos algo desde el plano musical.
por paulo ferreyra