En un mediodía soleado y de bajas temperaturas, el profesor Enrique Piñeyro recibió en su domicilio de la calle Moreno a corrienteschamame.com. La entrevista centró su mirada en la cocina de la producción del reconocido investigador de nuestra música regional. Piñeyro lleva en la actualidad publicado 10 libros sobre historia y referentes musicales del chamamé. Aquí se abre el diálogo entre preguntas y respuestas.
-Cómo comienza o cómo surge su trabajo de investigación-Emprendí mi tarea cuando participé de un curso de perfeccionamiento en el gabinete de Investigaciones Folclóricas –que tenía, pues ya no lo tiene mas – la Universidad Nacional del Nordeste. El mismo funcionaba en la Facultad de Humanidades – en Resistencia – Chaco. El curso estaba a cargo del profesor Raúl Cerruti – ya fallecido – quien fuera un gran investigador de las costumbres guaraníes, de las prácticas del nordeste Argentino. El había trabajado en comunidades aborígenes, además estableció una serie de normativas con respecto a los estudio de la antropología y el folclore en la Universidad de La Plata. En ese contexto estaba cursando mi carrera de Filosofía y Ciencias de la Educación – década del 60 – en la misma Facultad de Humanidades. El curso se realizó bajo el tema de la investigación folclórica en la región del nordeste. Asistí con gran entusiasmo y como trabajo final teníamos que presentar una monografía – que bien podría tener carácter de tesis - ya que había que realizar una investigación de campo. El tema tenía que versar sobre dos puntos, uno sobre religiosidad popular y el otro estaba referido a la música, a la artesanía o a los aborígenes del chaco como eligieron los participantes de esa provincia.
-En ese contexto sobre qué eligió trabajar-Por un lado trabajé sobre religiosidad popular, tomé un santón –digo así porque es un santo profano no muy conocido- de la localidad de Empedrado. Es un gauchillo alzado que fue ejecutado, con toda las particularidades de los gauchillos Correntinos. Su nombre es Pedro Perlaitá, el mismo fue enterrado en el cementerio de Empedrado. El otro trabajo elegí hacer sobre la música Correntina. Fue con tan tino – más que tino el destino- que me llevó a realizar una entrevista a Mario del Tránsito Cocomarola. Elegí como músico a él, pues el vivía aún, no olvidemos que el muere en el año 1974 y esto ocurrió entre el 60 y el 62. El estaba en su plenitud, fui a su casa varias veces. Comencé por hacer una biografía de carácter siempre musical, no personal. Su trayectoria artística, como empezó, -no tenía el grabador que vos tenes ahora- el era de hablar lento así que eso me facilitaba a la hora de tomar notas y me permitió llegar a una amistad con él. Para hacer éste trabajo iba a visitarlo muy a menudo durante dos meses, tiempo que me llevo la investigación. Fui varias veces a su casa, asistí también a los ensayos y esto me dio la posibilidad de conocer otros músicos; al mismo tiempo ver como se formaban los conjuntos, y otros detalles de la vida artística del “Taita del Chamamé”..Felizmente ambos trabajos fueron aceptados y terminé mi especialización en investigación de folklore .
-Ese impulso lo encamino hacia la producción de sus libros de historia del chamame-En realidad después tuve la intención de poder trabajar en una obra que pudiera llenar ese vacío bibliográfico que veía que existía en Corrientes. Se hablaba de la música, del chamame, del valseado, del rasguido doble, se hablaba de una cantidad de ritmos. Así que ahí surge la idea de llenar ese vacío. No había un interés en hacer un libro y ganar plata. La motivación era más bohemia, pero el interés estaba sellado por algo que uno suele decir que esta previamente marcado para hacer. Después tengo la oportunidad de presentar en un certamen con unos apuntes que había hecho sobre estos ritmos – el chamame, el valseado Correntino y el rasguido doble. Esto fue en el marco del cuarto centenario de nuestra ciudad en 1988, donde presente El Rasguido doble –expresión de la música Correntina”. De ese certamen obtengo el segundo premio y la publicación del libro.
-Éste habrá significado un gran aliciente para su trabajo investigativo-La verdad es que ahí el entusiasmo cobró una gran vitalidad. Comienzo a trabajar para llenar ese vacío sobre el chamame, a investigar, a buscar, a ordenar, a reunirme con amigos y con coleccionistas también. Empiezo a leer mucho las notas del ya desaparecido Emilio Noya, que publicara en el diario El Litoral y Época. Es evidente también que existía una necesidad bibliográfica, un trasfondo social, político, económico, cultural, pues hay toda una fenomenología cultura en torno al chamame. Hay una sub- cultura que hay detrás, ya sabes que todo esto fue marginado, empezó a tener su representación en distintos ámbitos rurales. Veo primero el área de dispersión, los músicos que se van a Buenos aires y no vuelven más. Otros que van y vienen como Cocomarola, pues el me contaban que no podía estar si no estaba en Corrientes para poder inspirarse. Otros que van y vienen pero hacen actuaciones en bailes,peñas,radio,etc. Comienzan a aparecer esa multiplicidad de factores y de circunstancias, hechos, biografías. Llega un momento que tenía un archivo de papelería y de antecedentes –gente que me daba sus ideas de cómo ellos habían producido sus composiciones, como lo grababan, las presiones de los sellos discográficos para que puedan grabar un tema instrumental y un tema cantado. La duración de los conjuntos que generalmente se iban cambiando de integrantes, me mortificaba mucho eso porque eran muy cambiantes. Por ejemplo, hablaba de un guitarristas y resulta que ese ya no estaba más con el conjunto, ya había otro guitarrista y otro cantor. Entonces comencé armar un fichaje –desde el punto de vista investigativo- para llevar el relevamiento de los distintos conjuntos. Pude así llevar un registro de todo ese mundo que se gestaba alrededor de la música folclórico Correntina, en forma más sistemática y metódica.
-En éste contexto, surge uno de sus libros como preludio de lo que vendría en la historia del chamame-Así es, mi interés ya se hizo más obsesivo. Comencé a bucear de una manera más sistemática. Mientras tanto edité el libro “El Sapukay”. Un ensayo sobre una de las expresiones más importante, desde el punto de vista antropológico. Formaba parte de lo último que nos quedaba del lenguaje guaraní ya que el mismo se fue perdiendo en la esfera social. Entonces el grito del correntino era muy importante. Investigué, trabajé el libro, edité y cumplí con mi cometido. Te advierto que regalé, todo los ejemplares, pues fue una edición limitada.. Pero seguí adelante. Comencé así a trabajar sobre el Chamamé, desde todas sus perspectivas de análisis .
-Después de éste material, llegamos a la primera edición del libro de chamame-El libro “El Chamamé” es fruto de un trabajo arduo de más de 30 años, con la última edición que acaba de salir el año pasado, que es la segunda edición, se puede decir que van más de 40 años de investigación. En esta oportunidad agrego a los grupos más recientes, los que ya forman parte de la vanguardia de nuestra música. Entonces fui evidenciando que el gran problema de” la cocina “ de su estructura fue cómo ordenar todo el material investigado. Desde la partida tenía dos datos, por un lado debían estar los más importantes músicos que crearon escuelas, o estilos o modalidades expresivas musicales de forma permanente. Es decir que ya tienen una vigencia en el tiempo, como el caso del estilo de Tránsito Cocomarola, el estilo de Tarragó Ros, el estilo de Ernesto Montiel y su cuarteto Santa Ana, el estilo de Isaco Abitbol, y tantos otros. Esto me permitió formalizar con una parte del libro que llamé homenaje a los Chamameceros y sus biografías.
-Además faltaba la parte de los instrumentos musicales.-Así es, faltaba información de donde aparece la guitarra, el acordeón, el bandoneón, el contrabajo,como aparecen las voces en dúo, en trío, voces solistas, voces masculinas, voces femeninas, otros instrumentos que se van incorporando con el tiempo, como la percusión y los instrumentos electrónicos. Esto me llevó hacer un capítulo sobre los ensambles instrumentales. Hay un ensamble musical típico del correntino, característico y otro ensamble que fueron los primeros transgresores a poner un órgano electrónico, un bajo eléctrico, una batería, una percusión más específica, que fue al principio muy tímida y después fue tomando más carácter expresivo. Así fue entonces que se dividió en dos parte el libro. Una la parte histórica de los instrumentos y de las voces , su historia y su empleo,–Ejemplo:cual fue la primera guitarra que llegó aquí a Corrientes – entonces gracias a muchos libros de historia, a amigos historiadores y aquí tendría que agradecer a muchísima gente que apoyó mi tarea. Así aparece una primera parte del libro haciendo toda una investigación, de libros de historia, guias bibliográficas y con entrevistas a personas entendidas sobre diversos asuntos. Sobre las característica del ensamble de instrumentos musicales tradicionales en Corrientes, y su evolución posterior. Desde la génesis de la música Guaraní, luego la de los evangelizadores: Franciscanos y Jesuitas y las influencias de la europa musical que funda y conquista esta tierras, portando una cultura musical singular, que lógicamente se folcloriza paulatinamente en un permanente desarrollo.
Volviendo a la parte bibliográfica, como es su trabajo para ordenar el material-La segunda parte del libro son las biografías de músicos ,desde la fundación de Corrientes hasta la aparición de la vertiente popular y hasta nuestros días (2006). Cuando comienzo a ver la biografías, noto que es necesario agregar las modalidades o estilos expresivos que tienen estos diferentes conjuntos o grupos musicales. Porque que Cocomarola tocaba el mismo instrumento que Isaco Abitbol – el bandoneón – sin embargo son dos formas de ejecutar, son distintas expresividades. Y escucho a otros bandoneones más recientes, como Coco Zini, Tilo Trevisán, Gringo Sheridan, Bruno Mendoza, Oscar Mambrin, entre otros, y ahí te das cuenta que existen distintas modalidades renovadoras que van otorgando una manera nueva de expresarse creativamente con el instrumento. Lo mismo sucede con el acordeón. Basta mencionar a Ernesto Montiel y Tarrago Ros, dos modalidades totalmente opuestas en la forma de expresarse. Es el mismo ritmo de chamame, porque no tocan otra música. Es decir, Ernesto Monteil esta ejecutando y creando un chamame a su “estilo”, ocurre igualmente en Tarrago Ros, luego en Raúl Barboza y hoy en Antonio Tarragó Ros ,o la manera de crear del Chango Spasiuk. A todos los podés identificar rápidamente que son maneras distintas de expresar emociones y sentimientos que en sus manos se gestan en sonidos. Y eso va gestando en mi la intención de particularizar, de hacer ya un trabajo más específico de investigación, en cuanto a los estilos y a las modalidades expresivas y cito especialmente las versiones de Rudy y Nini Flores (Acordeón y Guitarra)y, fundamentalmente, el porqué ocurre esta evolución. La vitalidad del chamamé y la dispersión de nuestra música como se va gestando en dos vertientes: a) En función de danza, el Chamamé, el valseado y el rasguido doble. B) En función de canto. Aparece la poesía y la expresión de quien lo interpreta. Siguen los tres ritmos ya señalados. También analizar las voces solistas : masculinas y femeninas que me llevó todo un capitulo en el libro. Los Dúos de voces con diferentes matices y ensambles .Los Poetas del Chamamé, es otro apartado digno de ser estudiado, analizado y trato de profundizar en su evolución, en un apartado de este texto.
-A pesar de ésta obra trascendental para la música litoraleña, que siente que ha quedado pendiente-Después de esto quedó pendiente el tomar a ciertos y determinados músicos en forma individual. Empecé hacer una secuela de Biografías de Chamameceros,que aún esta incompleta. Emprendí la tarea con la vida y obra de Tránsito Cocomarola, ahora voy a presentar la segunda edición, que posiblemente ocurra éste año. Otro libro lo dediqué a Ernesto Montiel y a su cuarteto típico Santa Ana donde están todos sus músicos, al igual que los que han ejecutado junto a Cocomarola.Incluyo sus discografias completas y su quehacer artístico. Además, como ya han fallecido el libro permite considerar hasta donde han llegado con su producción, tanto como compositores, ejecutantes, como directores de conjuntos. Otro libro lo dediqué a Mario Millán Medina, el cantor chamamecero que representa una expresión poética musical muy especial, marcando incluso una época. Después edité un libro sobre Edgar Romero Maciel, un gran renovador, un gran vanguardista, dentro de la música correntina, que genera después de la década 60 y 70 una manera distinta de expresar, de emocionarse con la música Correntina. El compuso la Rapsodia Correntina,La Rapsodia Blanca, La Rapsodia Verde, L Misa correntina, cuyo repertorio hoy se reparte en las distintas iglesias de la región. Fueron muchas sus obras integrales sobre temáticas realmente valiosas y que marcan una evidente evolución de vanguardia.
-Después de todo este repaso, nos queda saber en que trabajos está hoy imprimiendo sus conocimientos.-Ahora estoy terminando un libro sobre los poetas del chamame. Estoy escribiendo varios proyectos a la vez. Una es el sobre los Poetas del Chamame con Héctor Brisighelli, gran amigo y poeta correntino radicado en Rosario (Santa Fe),con quien tenemos editado ya tres tomos de una saga que titulamos “Chamameceros” (Poemas y Recuerdos).Es un homenaje a los músicos, compositores y figuras de nuestra música del Litoral donde también van unidos el homenaje y la poesía. Los que propalan la música, por ejemplo hablan de un tema de Cocomarola y Vallejos. Pero quién es Vallejos, Él era un poeta, Félix Vallejos, que se unió a Cocomarola y junto a él grabaron numerosos éxitos y composiciones. Era un poeta que trabajaba exclusivamente con Cocomarola. Y así atrás de cada música hay una cantidad de poetas, de gente que le arrima poesías para musicalizar. Esto va generando un mundo mágico, distinto al del músico que es el interprete de una melodía .Luego se une la poesía que va originar el canto expresivo de la tierra misma. A veces también confluye todo en una sola persona, el poeta y el músico. En el caso de Roberto Galarza, Mario Bofill, Mario Millán Medina, Teresa Parodi, Pocho Roch, son todos cantautores. Cada uno de estos merecen un libro, y entonces sigo trabajando sobre esto. De Pocho Roch ya tengo casi listo, falta una últimas charlas con él para unificar criterios sobre su vasta obra creativa. El tercer libro que ya esta prácticamente terminado es dedicado a Don Isaco Abitbol; el cuarto trabajo estoy investigando sobre algo que no llegué a profundizar en mis libros de chamamé, relativo al l vanguardismo, las renovaciones y los creadores de la música correntina. Músicos que buscan la evolución, la renovación melódica y poética..Ejemplo: Rodolfo Regúnaga es un músico exquisito que entra en ésta idea de renovar, con una sutil y especial manera de expresarse desde la renovación de nuestra música. Lamentablemente hace pocos meses partió de gira hacia el cielo, junto a un coro de Angeles . Existe una “Nueva trova”,con la aparición de canta-autores como Zito Segovia, (Chaqueño y en gira también por las esferas celestes), el “Nuevo Canto Curuzucuateño”, donde existen numerosas figuras realmente vanguardistas. Es una suma de ejecutantes instrumentistas, poetas y cantantes La presencia en Capital de “Canción Nueva”, desde la década de los años 1970, gestó una actividad renovadora que dio muchos frutos musicales aun vigentes y de real valía. Son muchos nombres y creadores . En los últimos años la presencia de “Juanchi Cabrera y la Solución”, junto a Héctor “Cacho” Nuñez y sus integrantes conforman otra genial posibilidad renovadora en nuestra música.”Grupos como “Amandayé”, los del grupo “Integración”, “Los Alonsitos” , Coqui Ortiz ,etc.. Bueno , dejo allí las citas pues tengo la certidumbre que estoy dejando de lado a muchos y excelentes músicos. Sin descartar a la denominada “Linea principal” que sigue renovándose con jóvenes músicos, intérpretes y cantantes.
P/Paulo Ferreyra