Un lunes de octubre, con sol caliente y sin vientos en la mañana, Gonzalo “Pocho” Roch recibió en su casa a corrienteschamame.com. Ocupado por sus múltiples actividades diarias, cedió un tiempo estimable para un diálogo profundo.
Por estos días, con el nuevo concurso “acuarela del río”, vuelve a la memoria el concurso de música realizado en los 70. “Nueva Canción Correntina”, nació bajo la iniciativa de Marily Morales Segovia y “Pocho” Roch.
“Habíamos comenzado hablar con ella, para ver que podíamos hacer con nuestra música”, comenta Roch. “Cuando comenzamos a trabajar, se nos ocurrió armar un concurso y grabar las nuevas canciones”.
“Formamos una comisión provisoria, mi parte era la música y Marily –Morales Segovia- estaba en la parte legal, ella ya era abogada en aquellos años”. “Pocho” Roch firmo las primeras invitaciones para el concurso de “Nueva Canción Correntina”, que se realizó entre el 5 y 6 de septiembre de 1.972.
En la comisión definitiva estaban presentes, Raúl Varela, Simón Palacios, Marily Morales, entre otros. Roch no formo parte de esta comisión, “sucede que mi intención era participar, así que no podía ser jurado y participar del concurso”.
Tres años después de andar el concurso, el músico tuvo sus regalos de la vida. “En el 75 fue muy lindo para mí, porque en “Nueva Canción” prendieron cuatro temas míos, y el ganador fue “Pueblero de allá ite”, comenta Roch. Este tema fue grabado por la orquesta de Carlos García, rescatando los sonidos guaraníes.
Por los años 50 y 60, Roch se presentaba en los escenarios locales haciendo música internacional. “La gente comenzó a escucharme y aceptaba mis melodías”. “En cada ocasión aprovechaba para ir incorporando mi chamamé; que ya era rechazado por la gente de la ciudad y también por el interior”.
El cantautor comenta que la música internacional le permitía vivir, “comprar instrumentos, hacer mis investigaciones”. “En aquellos años no tenían otro capital más que el que me daba la música”, por esos años Roch interpretaba temas de Benny Goodman y Glenn Miller.
Dulce melodía guaraníEn la charla mantenida con “Pocho” Roch, vuelve a cada instante la presencia de los guaraníes, de su lengua y su música. “Hay que recordar que los instrumentos de cuerda son de los más producidos en la fabrica musical de Yapeyú. Durante 150 años se fabricaron en esa ciudad violín, viola, violonchelo y violón, Yapeyú era el gran conservatorio del Río de la Plata, donde había 57 grandes ciudades jesuíticas - guaraníes”.
En los recorridos por el interior de nuestra provincia, el músico realiza charlas sobre los pueblos guaraníes. En este sentido, manifiesta que “La película “La Misión” es mentirosa, porque muestra a los pueblos jesuitas como chozas y las ciudades blancas grandes. Y esto era totalmente al revés, las ciudades grandes eran las guaraníes – jesuíticas y las chozas eran de los blancos”.
En tono suave y agradable, agrega que esta llevando y mostrando en el interior de nuestra provincia todo el material que tiene sobre el tema. “Quiero que la gente vea esa mentira publicitada por estos ingleses, que siempre lo que hacen es embarrar la cancha. Nosotros teníamos que haber hecho esa película”.
Volviendo la charla sobre el chamamé, Roch aclara que para los guaraníes el chamamé era la era la música cotidiana. “Es como si vos entras en tu casa y tu papá te pide el documento. El no te va a pedir el documento, te va a decir pasa hijo”.
“Lo mismo pasa con la música, acá vos decís che como es este chamamé, toca un poquito, y a los 5 minutos ya estas tocando. Entonces para que quieres la partitura. La partitura no es música, es la copia, el grafismo de un sonido”.
La intención del cantautor esta expresada en palabras sencillas y claras. Su intención en la música es rescatar la música guaraní, con los instrumentos de cuerda sobre todo. “Durante mucho tiempo mi música fue rechazada, por que aún muchos solo ven el chamamé en la guitarra y el acordeón de dos hileras”.
“Siempre quise recuperar ese sonido puro de la música guaraní”. “Al existir el desconocimiento total de la cultura guaraní, pasa el desmedro y el desprecio por esa cultura, y también por lo que es la música y la lengua”.
Roch rescata cada instante la dulce melodía guaraní. "Mi música busca aquel sonido puro y agradable, con el paso del tiempo ya a comenzado a ser aceptada. Sin embargo, aún hay espacios de la sociedad donde no hay cabida para estos sonidos", concluye Roch
por Paulo F. Ferreyra