Máximo Ricardo Dacunda Díaz nació en la localidad de San Luis del Palmar, casi por necesidad comunicacional, Dacunda Díaz tuvo que obligatoriamente aprender a entender primero y a hablar después el idioma de la tierra correntina.
“Mi padre tenía una ferretería, “La Proveedora”, vendía maquinaria agrícola (arados, sembradoras) y otros elementos indispensables para la tarea del campo. Así que cuando la gente venía a adquirir algún producto, lo solicitaba en el único idioma que conocía: el guaraní. Al principio mucho no me gustaba, es más, en mi desempeño como docente lo rechazaba, por seguir una actitud impuesta por los mayores. Más tarde me di cuenta de la importancia de preservar la lengua madre y toda la riqueza que entrañaba su cultura original”.
Muy joven se recibió de Maestro Normal Nacional en la Escuela “José Manuel Estrada” de esta ciudad en el año 1935, y con apenas 18 años estrenó el título de director en una escuela de la localidad de Virasoro, en la ruta de los Jesuitas, por la costa del río Uruguay.
El profesor Dacunda Díaz es uno de los máximos referentes de la temática guaraní en Corrientes. A los 87 años, sigue cosechando reconocimientos y sumando esfuerzos a su prolífica carrera investigativa y docente. Recientemente la editorial de Reader’s Digest lo distinguió por su aporte literario y por su fiel lectura de las clásicas “Selecciones” que desde hace 20 años recibe en su casa.
En el año 2000, la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, le hizo merecedor del tributo al “Mayor notable argentino” y para corroborar gráficamente aquel hecho, abre su gastado maletín de donde emerge un cuadro con el diploma firmado por el diputado Luis Brandoni.
Don Ricardo se entusiasma al anunciar que en el mes de marzo de este año, Moglia Ediciones presentará una nueva edición -la tercera-, ampliada y mejorada, de su libro Gran diccionario de la lengua guaraní. Vocabulario bilingüe, sintaxis, gramática y cultura guaraní”, cuya primera entrega fue lanzada en el año 1987.
Hablar con el profesor Dacunda Díaz, significa en pocos minutos entender, gracias a su didáctica, los principios básicos de un idioma que es bastante complicado en cuanto a construcción y fonética, con una onomatopeya particular donde cada sonido tiene una amplia significación. Dacunda es un verdadero pionero, un luchador y un defensor de la lengua que un día rechazó, hasta que comprendió que estaba arraigada a su pueblo.
“Lo que en el castellano llamamos ‘preposición’, en el guaraní es ‘posposición’”, dice en la antesala de una clase particular que en la sabiduría de su enseñanza no tiene desperdicio. “Clasifiqué la gramática, fui apuntando cada cosa que descubría, sin más escuela que la propia, en un mimeógrafo sacaba el resumen de cada lección y se lo daba a las maestras, formaba una carpeta didáctica que después imprimí e hice mi primer libro”.
“El guaraní es tan difícil como el inglés y su fonética muy parecida al francés”, explica y amplía las ocho partes de la oración y otros interesantes aspectos del idioma que suena tan dulce en la voz de quienes lo hablan con el típico acento correntino.
Uno de sus más célebres “alumnos” fue el Papa Juan Pablo II. Don Dacunda Díaz le había enviado su libro a Roma con Monseñor Rossi, antes de su visita a esta ciudad. Juan Pablo II llegó a Corrientes a impartir su bendición y dijo “Taragüi, che rohaijú”.
Jubilado como Inspector Nacional de Escuelas, recorrió toda la provincia y desde su jubilación vive en Corrientes capital. Fue Delegado Nacional de Educación del Adulto durante 25 años, Profesor de Castellano y Secretario Fundador de la Escuela Normal Nacional de Educación del Adulto, Presidente de la Asociación de Maestros de Corrientes (1978/1996), de la Asociación Cultural Sanmartiniana de Corrientes (1984 hasta la fecha) y Miembro Titular Académico de la Sociedad Argentina de Historiadores, Dacunda Díaz es además autor del “Martín Fierro en guaraní”, una traducción que embellece aún más los versos de José Hernández, “Pido a los santos del cielo, que ayuden mi pensamiento: les pido en este momento/ que voy a cantar mi historia/ me refresquen la memoria/ y aclaren mi entendimiento”.
Fuente: Diario “El Litoral” (8/I/06)