I
Ñamandu padre verdadero, el primero,
de su divinidad que es una,
de su saber divino de las cosas,
saber que despliega las cosas
hace que la llama, hace que la bruma
se engendren.
II
Está erguido,
de su saber divino de las cosas,
saber que despliega las cosas,
el fundamento de la palabra,
lo sabe por sí mismo.
De su saber divino de las cosas,
saber que despliega las cosas,
al fundamento de la Palabra,
él lo despliega
desplegándose a sí mismo,
así hace su propia divinidad, nuestro padre.
La tierra no existe aún.
Reina la noche originaria,
no hay saber de las cosas:
al fundamento de la Palabra futura, lo despliega entonces,
así hace su propia divinidad,
Ñamandu Padre Verdadero, el primero.
III
Conocido el fundamento de la Palabra futura,
en su divino saber de las cosas,
saber que despliega las cosas,
el sabe entonces por sí mismo
la fuente de lo que está destinado a congregar.
La tierra no existe todavía,
reina la noche originaria,
no hay saber de las cosas,
del saber que despliega las cosas,
entonces sabe por sí mismo
la fuente de lo que está destinado a congregar.
IV
Desplegado el fundamento de la Palabra futura,
conocido Uno lo que congrega,
del divino saber de las cosas,
saber que despliega las cosas,
él hace surgir, único,
la fuente del canto sagrado.
La tierra no existe todavía,
reina la noche originaria,
no hay saber de las cosas:
entonces hace surgir, único,
la fuente del canto sagrado.
V
Desplegado el fundamento de la Palabra futura,
conocido Uno lo que congrega,
abierta Una la fuente del canto sagrado,
entonces, con fuerza, su mirada busca
quién será encargado del fundamento de la Palabra,
quién al Uno que congrega,
quién va a repetir el canto sagrado.
Con fuerza, su mirada busca:
del divino saber de las cosas,
saber que despliega las cosas,
hace que surja el divino compañero futuro.
VI
Con fuerza su mirada busca:
del divino saber de las cosas,
saber que despliega las cosas,
hace que surja Ñamandu Gran Corazón,
que al mismo tiempo se eleve el espejo
del saber de las cosas.
La tierra no existe todavía,
reina la noche originaria:
hace que surja entonces Ñamandu Gran Corazón,
verdadero padre de los numerosos hijos que vendrán
Padre verdadero de la Palabra
que habitará a los numerosos hijos que vendrán
a eso se destina Ñamandu Gran Corazón.
VII
Prosiguiendo,
del divino saber de las cosas,
saber que despliega las cosas,
en cuanto a Karai futuro padre verdadero
y Jakaira futuro padre verdadero,
y Tupan futuro padre verdadero
hace que se sepan divinos.
Padres verdaderos de sus numerosos hijos que vendrán,
verdaderos padres de la Palabra que habitará
en los numerosos hijos que vendrán;
hace que se sepan divinos.
VIII
Prosiguiendo,
Ñamandu padre verdadero,
a fin de que ella tenga lugar
frente a su corazón,
hace que ella se sepa divina,
la madre futura de los Ñamandu.
Karai padre verdadero,
a fin de que ella tenga lugar
frente a su corazón,
hace que ella se sepa divina
la madre futura de los karai.
Jakaira verdadero padre, igualmente,
a fin de que ella tenga lugar
frente a su corazón
hace que ella se sepa divina
la madre futura de los Jakaira.
Tupan padre verdadero, igualmente,
a fin de que ella tenga lugar
frente a su corazón,
hace que ella se sepa divina
la madre futura de los Tupan.
IX
Destinados al divino saber de las cosas
del padre primero;
destinados al fundamento de la Palabra futura;
destinados a la fuente de lo que congrega;
destinados a repetir el canto sagrado;
congregados en la fuente
del saber que despliega las cosas:
tales son ellos,
los que igualmente nombramos
eminentes padres verdaderos de la Palabra habitante,
eminentes madres verdaderas de la Palabra habitante.
Del libro de Pierre Clastres.
"La Palabra Luminosa" -Mitos y cantos sagrados de los guaraníes- Ediciones del Sol. 1993. Buenos Aires. Argentina.