Chamame
Martes, 6 de octubre de 2020
Bruno Mendoza, un intelectual del bandoneón
El bandoneonista chaqueño celebra 74 años de vida. Hoy hacemos un pequeño repaso de su actividad artística.
Por Guido Rodriguez
El chamamé tiene una gran cantidad de referentes en este instrumento de viento. Nombres como Tránsito Cocomarola, Isaco Abitbol, Blas Martínez Riera, Ricardo Scófano, Apolinario Godoy, Modesto Barrios y tantos otros exaltaron el pentagrama de la música correntina.
Hoy queremos dedicar éstas líneas a una figura dueño de una trayectoria intachable. Su nombre es Bruno Mendoza, un hombre humilde, tranquilo, que trabaja despacio en el silencio de su hogar, componiendo sus obras y realizando la producción de un futuro disco.
Nació el 6 de octubre de 1946 en un pueblito del interior de la provincia del Chaco, llamado Laguna Limpia, dentro del Departamento General San Martín, conocido popularmente como “El Zapallar”. Su madre era Lucía Fernández, correntina de Mercedes y su padre Herminio había nacido en Carapeguá, cerca de Asunción, Paraguay. “El amor de mis padres y mi amor por la música me hicieron ser lo que soy, respiré música desde chiquito y crecí alimentándome de música” nos comenta.
“A los siete años comencé a practicar para tocar instrumentos. Digo instrumentos porque mi padre tenía varios como ser bandoneón, acordeón, guitarra violín, percusión, bajo. Una de mis hermanitas y yo, comenzamos a echarle mano pero el que más nos llamaba la atención cuando mi papá tocaba, éra el bandoneón” comentó a este matutino. Yo ya tenía 8 años cuando mi padre armó un grupo pero no lo llamó orquesta si no "Conjunto de Todo los Ritmos" porque en ese tiempo en mi pueblo Laguna Limpia, Chaco, gustaba mucho el tango, la milonga el vals, pasodoble, corrido, bayón, fox-trot, pericón, polka paraguaya y el chamamé por supuesto. Nuestro padre nos incorporó a mi hermanita Juanita y a mí en ese proyecto, circulando por la zona norte de la provincia del Chaco” agregó.
A partir del año 1959 y con el permiso de sus padres, integró el conjunto “Gauchos Del Litoral” con el dúo de voces de Salvador Lencina y Tito Zarza, complementándose en acordeón Jorge Vallejos, recorriendo Chaco, Formosa, y Asunción, del Paraguay, luego pasando por Misiones y Corrientes. Al llegar a esa ciudad con 17 años recibió la invitación de Coquimarola para integrar su propio conjunto hospedándose en la casa de Tránsito Cocomarola, continuando con sus estudios primarios, y luego se inscribió en el Conservatorio Normal Argentino de Buenos Aires, recibiéndose con 26 años de Profesor Superior de Teoría y Solfeo. Como reflexión manifiesta “A los jóvenes les digo que estudien. Podés iniciarte como músico de oído, poniendo dedos. Pero con el tiempo necesitás aprender teoría, saber leer y escribir música”.
Con Coquimarola integró por un espacio de diez años registrando varias placas discográficas entre los sellos Polydor y Music Hall. Durante su permanencia, pudo conocer a grandes figuras del género como Ernesto Montiel,Isaco Abitbol, Blas Martínez Riera, Jorger Balmaceda, entre tantos otros. “Cocomarola fue mi más grande referente del chamamé. Don Tránsito fue mi padrino de casamiento. No fué mi padrino artístico aunque si, durante los 10 años que viví en su casa, fuí considerado un hijo más, y le estaré siempre inmensamente agradecido” nos comentó.
A partir de 1976 integró el conjunto de las Hermanas Vera, siendo su principal arreglador musical, hasta el año 1986.
En un pequeño paréntesis fue invitado por el maestro Herminio Giménez a la ciudad de Sao Paulo, Brasil para grabar un disco de tango y otro de polca paraguayas. A su regreso a Corrientes Julio Cáceres lo contactó con el objetivo de sumarlo a “Los De Imaguaré” de los cuales compartió 23 años en escenarios, trabajos discográficos y muchas composiciones. Acompañó en diferentes presentaciones al poeta y recitador mburucuyano Juan Carlos Jensen, de la cual se venía proyectando una grabación que no se pudo llegar a registra. Además colaboró en varios trabajos de Mario Boffil, Ciprián Hernández, Los Hermanos Brittez, entre otros.
Es autor de más de 140 obras entre las que se pueden destacar varias de su sola composición como “La Púa”, “La Fronda”, “Compadre Santiago”, “El Cruce Del Paraná”, “El Paisanaje”, “Por Los Caminos de Corrientes”, “Para Rudi y Nini”, “Juntos Por El Sendero”, “Zapateando”, “Chamamé Para Ña Jacinta Duarte” entre otros. Pero también hay otros títulos que compartió con colegas como Modesto Barrios, Ireneo Barrios, Coquimarola, Tránsito Cocomarola, Juan Benítez, Emilio Talavera, Rafaela Vera, Eduardo Romero, Julio Tomás Cáceres, Hugo Leiva, Pedro Ranalletti por citar algunos. Sus creaciones fueron grabadas por los conjuntos de Los Hermanos Velázquez, Blas Martínez Riera, Grupo Mburucuyá, Grupo Itatí, Aníbal Barrios, Rudi y Nini Flores, Ramón Villarreal, Los Hermanos Barrios, y muchos más.
A partir del año 2010 viene realizando tres trabajos de carácter solista. El primero de ellos se titula “Amigos del Camino”. Con la coordinación de Rey Producciones editó los discos “Urunday” en 2012 y “Lapacho” en 2018. A la espera de un cuarto trabajo, deseamos todos los éxitos a éste maestro de la música correntina.
Esta nota también salió publicada en el diario El Litoral en el día de la fecha.