Alvear
Lunes, 31 de agosto de 2020
Ramón "Moncho" Ferreyra, de la Cuna del Patriarca
Nació en paraje Las Palmitas departamento General Alvear (Corrientes) un 31 de Agosto de 1946, hijo del matrimonio de Aurora Obregón y Simón Ferreyra.
De niño se radicó con su familia en Empedrado Corrientes donde cursó sus estudios primarios, regresando a Alvear con tan solo 10 años.
Ya de grande se radicó en la ciudad de Posadas Misiones integrando el conjunto de Chaloy Jara con quien participó durante 3 años y realizó actuaciones a su vez con Luis Angel Monzón.
Luego se incorpora al conjunto de Antonio Tarrago Ros formando un trío con el guitarrista de Curuzú Cuatia Mateo Villalba, grabando por primera vez con este trío en el año 1973 en el sello "Philips", donde se destaca en voz en los temas: "Así Canta Corrientes"; "La Última Carta": "Evocación de la Ternura"; "Con la Lluvia de Ayer"; "Lavandera del Estero", también grabaron seis trabajos de disco LP y actuaron en distintos e importantes escenarios del País, desvinculandose en el año 1981.
En esta etapa realiza actuaciones y colaboraciones con Angel Davila; Octavio Ozuna; el Grupo Cruz de Papel y con la Señora Ramona Galarza.
A su regreso a la ciudad de Alvear su pueblo natal Moncho Ferreyra forma un conjunto "Los de Alvear" junto a Clarin Mansilla, Rolo y Pipoca Obregón donde realizara su última grabación en el año 1993.
RAMON DONATO "MONCHO" FERREYRA, falleció el 15 de Octubre de 1996, sus restos descansan en el Panteón Principal del Cementerio de Alvear.
Selvetty //Tecorei Producciones
Moncho Sapucay (poema)
Ha quedado enmudecida una guitarra ya no hay mano que acaricie el diapasón, se acabaron las bailantas y las farras, el silencio le ha ganado en un rincón.
Porque el dueño se marchó para otro mundo, y en el cielo, solamente puede actuar con los grandes, los bohemios, errabundos que hace un tiempo, lo vinieron a buscar.
Sin embargo, hay un pecho en una tumba que se hincha y que revienta en sapucay, que se escucha de muy lejos, que retumba, y es el "Moncho", por que otro igual no hay.
Es el grito, sapucai incomparable, es el Moncho sapucay del chamamé, es el eco de ese grito inolvidable que recorre La Palmitas y Pancho Cué.
Que recorre callejones y caminos con el sello de su propia identidad, con el sello alvearense correntino, y es dote de señor de la humildad.
A pesar de estar en grandes escenarios un buen día a su pueblito retornó, silencioso, reservado en comentarios, en sus lares para siempre se quedó.
Se ha codeado con los grandes y la fama, guitarrero con enorme condición, ha cambiado las estrellas por las llamas, y las luces por el cálido tizón.
Ha cambiado a las sombras del cemento por la fresca y natural del ivajháy, y ha lanzado por los campos y los vientos, el potente y siempre eterno sapucay.
Mario Hugo Trindades