La cantante correntina vuelve a lanzar un disco con canciones suyas. El trabajo fue producido por el pianista santiagueño Marcelo Perea. El resultado final tiene un tono intimista, del cual está muy satisfecha.
Teresa Parodi plasmó en el reciente álbum Corazón de pájaro, con la producción del pianista santiagueño Marcelo Perea, un disco de tono intimista al que siente muy cercano, según confesó la cantautora correntina.
“A Corazón de pájaro lo siento bien mío, está lleno de silencios que se aprecian en los momentos justos”, ponderó Parodi a Télam acerca del tono intimista del trabajo.
La artista, que dirige el Espacio Cultural Nuestros Hijos (Ecunhi), agregó que la placa “no es para bailarla, sino para sentarse, sentirla, vivirla y, si se quiere, emocionarse”.
Teresa subrayó tanto la relevancia del cancionero escogido –donde sus obras conviven con otras de diversas procedencias– como “el orden en que fue presentado”.
“Todo ello sintetiza el concepto del disco y expresa cabalmente los climas creados en el estudio para dar forma a una obra que, sin tener quizás un único hilo conductor, navega en una misma corriente”, agregó la artista, de 51 años, y autora de clásicos como Apurate José, Pedro Canoero, La negra Pilar y El otro país, por citar sólo algunos.
La vocalista confió que “sinceramente me di algunos gustos, como por ejemplo, hacer una versión de Oración del remanso, de Fandermole, y encarar Tú que puedes, vuélvete, de Yupanqui, dedicada a mi padre”.
En ese repaso, subrayó “Me gusta Jujuy cuando llueve, de Yunes Castillo y Iacopetti, que sentí que tampoco podía faltar porque a Jujuy la conocí gracias al paisajismo y la poesía de Jorge Calvetti, que me hizo amar a esa provincia, que luego pude conocer”.
“También quise rendirle un humilde tributo a María Elena Walsh con sus maravillosos temas Barco quieto y La paciencia pobrecita, que compuso junto a Oscar Alem”.
A la hora de los gustos, incluyó, además, Primera soledad, de Armando Tejada Gómez y Hugo Figueroa, y Soledad, de Jorge Drexler, porque, expresó acerca del trovador uruguayo, “es un artista con una exquisita sensibilidad”.
A esas canciones se le agregan las propias como La inesperada, Para toda la vida, Tarumba, Corazón de pájaro, Romance de infancia y barrio, Pastora de soledades y Paloma palomita, que completan un repertorio en que participaron, en calidad de invitados, Horacio Molina, Mariana Baraj, Rodolfo Sánchez y Oscar Alem.
“Cuando terminé el disco y quedaron algunas cosas afuera, pensé que podríamos llegar a hacer una segunda parte con los poetas que me formaron, con los caminadores que llevaron y llevan sus vivencias forjadas en letras, pero eso, por ahora, es, únicamente, pensar en voz alta”, comentó.
Como condimentos que resaltan el trabajo Corazón de pájaro suma para el arte de tapa la obra El guitarrista, del recordado artista plástico ecuatoriano Oswaldo Guayasamín y un texto que le dedicó Hebe de Bonafini, titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, que escribió: Teresa canta cuando habla, Teresa canta cuando mira, cuando escribe. Teresa canta cuando camina, cuando está en silencio y no te cuento cuando canta: ¡Teresa canta!
De cara al futuro inmediato, la guitarrista adelantó que este mes “voy a realizar algunas actuaciones que ya estaban previstas en Israel, Italia y Grecia, y pienso que hacia noviembre haré algunos conciertos íntimos en Buenos Aires”.
“Después, y tal como es mi costumbre, quiero andar por los festivales del país con el disco como bandera”, redondeó una de las artistas esenciales del canto popular argentino.
Fuente:Diario La República