Chamamé 27
Lunes, 30 de enero de 2017
Juan Carlos Jensen, su voz trajo en versos la identidad chamamecera
El artista mburucuyano soltó sus palabras y recibió un abrazo en ovación del Cocomarola. Fue uno de los números más aclamados. En una de sus obras instó a no perder la tonada correntina “que es parte de nuestra identidad”, dijo.
Cada vez que su voz truena en el anfiteatro Cocomarola, todo se detiene en él. Juan Carlos Jensen es ese hombre de palabras, no cualesquiera, sino las que envuelven identidad, histórica, cultura y tradición, en definitiva, sus versos son el manifiesto de este “ADN Chamamé”.
El mburucuyano pinceló de vida y tradición correntina la anteúltima noche de la 27ª Fiesta Nacional del Chamamé que ayer se despidió ante un anfiteatro repleto. La pasión de este recitador y compositor le permite lograr obras, y sus rimas trenzan los cromosomas del chamamé.
“Estoy emocionado, el recibimiento del público es siempre generoso y me llevo conmigo todo ese cariño”, expresó el artista que salió al tranco con la obra “Camino a Tres Palmas”. Luego anduvo a los trotes, con unas glosas bien sentidas traídas de su adentro, compartió “Caballos” otra de sus obras. El excepcional acompañamiento musical fue fundamental y fueron tintes que lograron emocionar profundamente al público, gracias al talento de Martín Sandoval y Jorge Bernárdez en guitarras y voces, además de José Luis Paiva en bajo, más la presencia de Bruno Mendoza en bandoneón.
Allí nomás pinceló de paisajes el universo chamamecero con otro clásico “El vino y yo”, una obra que agita las aguas en el público. Con sobrado talento, su voz logra la sensibilidad profunda de quienes se dejan cautivar por sus palabras y que abrazan la manera de ser, la identidad profunda es su decir. Sólo muestra de ello fueron “La serenata prometida”, obra de autoría compartida con Ricardo Gómez y “Qué bella es la Ll”, trabajo que estrenó sobre el escenario Sosa Cordero y que fue muy bien recibido, quizás porque muchos (o todos) se identificaron con lo que expresó el artista. Fue otra distinguida presentación del mburucuyano, que ahora pone las barbas en remojo pensando en la Fiesta Nacional del Auténtico Chamamé Tradicional en sus pagos, donde se siente anfitrión.