Joselo Shuap
Lunes, 9 de enero de 2017
“El chamamé es una herramienta de construcción social”
Schuap es autor y compositor, ha realizado giras por la región, el país, Sudamérica y Europa. Ha editado un puñado de discos y tiene en su haber varias canciones con “propuestas”. A pocos días del festival, sostiene que llega con la frente en alto porque vivió por el género durante todo el año.
“Además creo que la gente sabe y se da cuenta quiénes hacemos chamamé”.“Esta música me da de comer durante todo el año y por ello la fiesta es la celebración más importante de lo que nosotros hacemos en la vida”, advierte.
De la provincia de Misiones hay aspectos que se ponen de relieve o sobresalen por su exuberancia. Hay verdes, montes, ríos, arroyos, saltos, cascadas, cataratas, Garganta del Diablo, piedras preciosas; todo este abanico se enmarca en su tierra roja. Joselo Schuap vive junto a su familia cerca de la costa del río Paraná, en su barrio de veredas anchas, de cemento y de pocos árboles; hay sonidos, colores, destellos de esta Misiones. En este lunes el sol había salido de la tierra en llamarada roja, fuego, abrasador desde el crepúsculo. Sin embargo a la mañana todavía nos movemos con cierta calma, la tierra roja tiñó el ambiente y los pájaros ondean en el cielo azul y blanco.
Joselo Schuap nació en Oberá, Misiones, es compositor y cantante. “Joselo es el gran trovador que tiene la provincia después de Ramón Ayala. Nosotros lo queremos y lo cuidamos”, desliza con orgullo Julio Vázquez, ex director de Cultura de la Provincia, periodista y escritor del interior provincial. Joselo ya lleva más de 20 años en su andar, ha ganado varios premios en festivales y ha compartido escenario y realizado grabaciones con músicos como Raúl Barboza, León Gieco, Horacio Fontova, Luis Salinas, Mario Bofill, Julián Zini, entre otros.
Volvemos a la mañana, en la cocina está dispuesta una mesa larga, ancha, gruesa, vestida ahora con mate, pero que alberga a los amigos y a la familia siempre para compartir el pan. Joselo está de remera blanca, pantalón corto, ojotas negras, sonrisa blanca, el pelo ensortijado y sin peinar. Sale al encuentro con el mate amplio, grande, generoso, aún espumante y de sorbo largo.
Joselo Schuap es su gran gestor cultural, ha diseñado y llevado a cabo distintos proyectos culturales, por nombrar algunos podríamos citar “4 Banderas”, “Paraná Chamamé”, “La 40”, “Nación Chamamé”. Ha realizado dos giras por Europa. En Cosquín lo premiaron por su lucha y sus canciones relacionadas a la naturaleza. En el Festival de Baradero obtuvo el premio Consagración en el 2015. La lista aún puede cargar varias columnas.
En su primera presentación en la Fiesta Nacional del Chamamé, Joselo Schuap cerró una noche a las cinco de la mañana. El anfiteatro Mario del Tránsito Cocomarola estaba desbordado. Se acercaban las cinco de la mañana, el albor del día se abría y Joselo trazaba acordes en su guitarra con canciones propias.
“Fui el último artista de la última noche de ese año en la fiesta. Fue importante para mí en ese momento y aún hoy sigue siendo importante aquel momento. Era importante empezar. Por un lado ser parte de la grilla es importante y cerrar la fiesta después de Tilo Escobar es una imagen que me acompaña siempre. Estaba con muchas ganas y energía, como si fueran las 11 de la noche. Creo que es importante valorar todos los momentos de las cosas. En distintas ediciones de la Fiesta Nacional del Chamamé he pasado por diferentes horarios”.
¿Cambia en algo el escenario de la Fiesta Nacional del Chamamé a otros escenarios?
Joselo Schuap: Cambia mucho. Si uno hace chamamé puede tocar en los escenarios más grandes del mundo, del país y de la música en general. Pero es necesario ser parte de la Fiesta del Chamamé en particular. Creo que es una obligación. Uno hace chamamé durante todo el día, todo el año y si uno no está en la Fiesta del Chamamé es como si te faltara algo. Para mí es lo más importante que me pasa en el verano. Si bien he tocado y voy a tocar a otros escenarios importantes del país, durante el verano ir a la fiesta está por encima de todo.
La Fiesta Nacional del Chamamé representa la música que toco durante todo el año, donde está la gente que hace esta música y también donde está la gente que escucha y disfruta de esta música. El chamamé me da de comer durante todo el año y por ello la fiesta es la celebración más importante de lo que nosotros hacemos en la vida.
En los últimos años les has dado a tus presentaciones un tinte especial, ¿cómo será tu presentación en la 27ª Fiesta?
Joselo Schuap: Para mí el chamamé es una herramienta de construcción social. Es el machete más afilado que tenemos, es el poema más dulce para expresar un sentimiento, creo que es lo máximo en todos los sentidos. A mí me llega la parte social porque es la que más me interesa. Hace unos días atrás terminaba una nueva canción donde expreso que “el chamamé es la voz de los que no tienen voz”. Así reza una parte de un chamamé que voy a estrenar en la fiesta nacional que se titula “El Paraná es chamamé”. El chamamé es lo único que tiene el “poriahú” para ser parte de la sociedad, de la fiesta, de cosas que en definitiva todos forman parte. El chamamé está por encima de muchas cosas, sociales, política, del vil metal. Un chamamé le llega al hombre más rico del mundo y al hombre más pobre del mundo; no estoy hablando de plata.
“Es decir, a veces el hombre que no tiene dinero puede ser el más rico, todo depende del chamamé que está escuchando. La riqueza sincera es estar donde uno quiere, con la gente que uno quiere y con el paisaje que uno quiere. Porque plata siempre nos faltó, pero el chamamé nos salva”, desliza y horada sus palabras para dejar espacio al silencio. Nos miramos. Los pájaros mañaneros siguen cantando y se amplifican en las calles desnudas de un día feriado en la capital misionera. Su esposa vuelve, hojea unos papeles de colores mientras sorbe un mate en silencio.
Obras
Joselo Schuap ha editado los discos “Sepan que soy misionero”, “Agua bendita”, “Litoralmente”, “Mundo azul”, “Somos agua”, “Tributo a María Elena Walsh”, “Machete y chamamé” y el más reciente “El sueño del pibe”. Entre sus muchas composiciones se puede encontrar “Litoralmente”, “De la costa”, “Mandove”, “Musiquero de las sombras”, “Arroyito”, “Canciones de agua”, “Sepan que soy misionero”, “Peregrinos”, “La placita”, “Nuevas mentes”, entre tantas otras.
“En la música encuentro la fuerza para seguir adelante. Vivir de la música no es una cuestión artística de buscar la fama, sino el lugar donde encontramos el sustento para seguir adelante; la música nos dio todo lo que tenemos y lo que somos. Además tenemos un amigo en cada puerto o en cada lugar donde vamos. La música popular te abre las relaciones humanas. Atahualpa decía ‘yo vengo de muy abajo y muy arriba no estoy. Al pobre mi canto doy y así lo paso contento porque estoy en mi elemento y ahí valgo por lo que soy’, eso resume lo que somos”, cuenta Joselo y busca el mate para dejar las palabras al aire.
La piel de Joselo Schuap es oscura, ha recorrido cada pueblo de misiones llevando su propuesta musical, inaugurando bibliotecas, compartiendo guitarreadas con “musiqueros de las sombras”, buscando, siempre buscado, compartiendo, siempre compartiendo. Mientras vacía el mate hasta que el porongo se queje, piensa, hay silencio y el vuelve solo sobre sus palabras porque había quedado algo por subrayar.
“Estar en la fiesta es una gran responsabilidad. En todo momento cuando pienso en la fiesta me interesa llevar un mensaje, me preocupa y me ocupo de llegar al corazón del público que está sentado en el anfiteatro y frente al televisor. Quiero movilizarlos y quiero llegar con un mensaje. De lo contrario creo que no tendría sentido ir a Corrientes y dejar a mis hijos y mi esposa en Posadas”, cierra y se buscan con los ojos, las manos, el mate, y la entrevista se abre por un momento.
¿Cómo es el proceso de armar un repertorio para la fiesta?
Joselo Schuap: Este año creo que fue un año difícil para todos. Porque el mundo está complicado en general y el país también está difícil. Nosotros este año salimos a redoblar la apuesta contra la adversidad y contra las cosas que pasaron. Hubo muy poco trabajo pero salimos a tocar igual, hicimos cosas solidarias para poner el cuerpo a la situación social. Pusimos el cuerpo. No guardamos la guitarra en el estuche.
Entre estar en mi casa con la guitarra en el estuche prefiero ir a tocar para quien no puede pagar, después pienso que Dios proveerá.
Entonces teniendo en cuenta estas cosas a la hora de armar el repertorio hoy más que nunca se hace importante un chamamé que plantee una idea, un concepto, que diga algo a través de la letra o de la música sola. Necesitamos un chamamé que nos empuje, algo que nos saque y nos impulse para adelante.
Cuando llega el verano el chamamecero piensa en la Fiesta del Chamamé, en Corrientes y en el Festival de Mburucuyá.
Naciste en Oberá y vivís en esa comunión de estar donde querés estar. Pero musicalmente, ¿dónde naciste?
Joselo Schuap: Creo que nací musicalmente en esta nación chamamecera que vengo pregonando desde hace algunos años. Esto de Nación Chamamecera lo venimos haciendo a través del Inamu, en su momento con Canal Encuentro y que cada vez que podemos retomar el proyecto nos embarcamos a trabajar.
Musicalmente nací en la región, porque después de haber escuchado música de todo el mundo, después de haber disfrutado de esa música y de trabajar durante muchos años haciendo radio, me encontré con la música argentina.
Siento que me pasa lo mismo que Andresito, uno puede hablar varios idiomas pero cuando tiene que hablar de sus cosas lo hace en su propio idioma. Andresito hablaba varios idiomas pero cuando hablaba con su gente hablaba en guaraní.
Esto es lo que me pasa, me sucede que puedo disfrutar de la música y de las lenguas del mundo, pero cuando tengo que escribir una canción o expresar algo lo hago con mi idioma chamamecero.
POR PAULO FERREYRA
paulo.ferreyra@yahoo.com.ar