Escoltada por jinetes
Lunes, 19 de enero de 2015
Con María de Itatí en el escenario, se inauguró la bailanta chamamecera
Ayer, en horas de la siesta, se concretó la peregrinación que la acompañó hasta el altar de la gran bailanta del puente Pexoa.Tras una peregrinación emocionada por calles de tierra y el paso por el puente Pesoa, provenientes de Riachuelo, la imagen de la imagen de la Virgen de Itatí fue entronizada ayer en el altar de la bailanta chamamecera. La fila de jinetes estuvo encabezada por Alfredo Elleros y la intendenta de Riachuelo, Ingrid Jetter.
La Reina Nacional del Chamamé, Florencia de Pompert, y el Yeroky Yara, Cayo Fernández, fueron quienes escoltaron a la Virgen Morena hasta el escenario, que fue recibida con un largo y conmovedor aplauso.
Después fue el turno del grupo Los de Imaguaré, quienes la homenajearon con el sentir correntino en prosas y melodías que conmovió a la gran cantidad de público, que se dio cita en el camping del puente Pesoa desde el mediodía.
También la soberana chamamecera y cantante, pudo hacer gala de su registro vocal e interpretó junto a Los de Imaguaré un par de temas. Florencia recibió cálidos aplausos por sus interpretaciones.
En tanto que en cualquier espacio del extenso camping, las familias se acomodaron en silletas y con tereré, mate o alguna que otra bebida espirituosa, fueron parte de la gran bailanta.
Pero además, acompañaron con baile las presentaciones de los distintos conjuntos. Coreografías todas aprendidas de mirar o enseñadas por otros que también aprendieron “así nomás”, pero todas nacidas del corazón.
Otra parte de la fiesta
La bailanta chamamecera nació con la finalidad de generar un espacio alternativo para que las familias puedan disfrutar de la Fiesta Nacional del Chamamé. Y según pasan las ediciones, el público se apropia aún más del espacio, lo vive y lo disfruta. “Esta es la segunda vez que venimos a la bailanta.
Vinimos en 2013 porque unos parientes que viven acá nos invitaron”, contó Luis, mientras “sombreaba” junto a su familia y tomaba unos tererés.
“Nos gusta mucho lo que se vive aquí, aunque también nos gusta mucho la fiesta en el anfiteatro, para mí son dos caras de la misma celebración”, dijo el hombre mientras se disculpaba por no continuar con la charla porque empezó a sonar La calandria, entonces dijo que se veía obligado a salir a bailar con la patrona. “¿Por qué obligado?”, fue la pregunta. “Y porque así me pide el corazón, el cuerpo”, dijo mientras rumbeaba para la pista bajo la media sombra azul y blanca.