Editorial
Lunes, 31 de marzo de 2014
Pasen, el Chamamé está servido...
Sentimiento, sentimiento sentimiento! del mas puro, intenso, el que amalgama penas y alegrias, el chamame desde tiempos remotos viene por la sangre de manera incontenible, como un grito silencioso pero potente a contarnos las vivencias de este rincón del mundo...
Su sonido en el aire huele a primavera siempre, a fruto maduro, a flores, a esperanza renovada, a dolor callado del que no puede cambiar su suerte pero que ante el chamame se siente caminar sobre la verde campiña de un mañana mejor...
Miles de palabras sangran explicando este sentir, sus orígenes, sus cultores, que se pasean por cientos de letras y notas, las que forjaron los caminos musicales de esta “forma de ser” de esto que se transforma en voces y cantos, como trinos, grabados entre lo mas querido de los recuerdos de infancia, el cielo azul con luna que fustiga a los poetas a escribir páginas inolvidables...
El chamame es como la miel, dulce, aglutinador de emociones de todo tipo, hermanador, igualador, es un magma donde se cocina todo lo que nos contiene, y seduce irremediablemente a quien lo llega a conocer.
Se puede saborear el chamamé. Se puede sentir como se apropia de nuestro paladar y nuestro gusto, porque en el fondo del alma todos somos parecidos, sobre todo en este bendito sur del mundo. Desde abajo parece que podemos comprender mejor de qué estamos hechos, es como ver el mismo cimiento de la esencia que nos nutre.Los invito a la mesa, a la misma cocina de nuestra música.
Tomen asiento, dispónganse a entender, abran el corazón, dejen que sus oídos sientan el correr de estas aguas, el olfato identificará inmediatamente el aroma agreste de la tierra y sus frutos; el sudor del trabajo, el perfume de la esperanza que domina el espíritu de los hijos de este suelo.
En los labios la sonrisa de la hermandad aflorará como el sabor de un vino bueno, el que se bebe entre amigos...En la piel, el sol será mas intenso, aún así sentirán que se eriza y no será de frío, sino del calor casi embriagador del amor, que vive en todo este territorio sagrado...
A través de los ojos, alucinarán con los colores floridos de todos los tonos diversos y ricos que el chamamé adopta según la región en la que habita, los que le dan otro gustito , otro aroma, otra intensidad...quédense un ratito en cada uno de ellos, degústenlo...aprehendanlo, intégrense...¡y cuidado! el que avisa no traiciona: si se quedan un poquito más de lo que le sugerimos..solo un poco mas, correrán el enorme riesgo de ser atrapados, y es probable que ya no puedan dejarlo, nunca, nunca, nunca más...
Es que el Chamamé es así: misterioso como los legendarios y hechiceros espíritus ancestrales que le insuflan su armonía.... Pasen, el Chamamé está servido...