Viernes, 22 de Noviembre de 2024
Herminio Giménez
Miércoles, 5 de junio de 2013
Un dulce Quijote
El Maestro Herminio Giménez ha dejado con su arte una profunda huella en la tierra de Corrientes. Es autor de un centenar de composiciones musicales, entre las que sobresalen guaranias, polcas, vals, tango, chamamé entre otros ritmos. Fiel a su identidad cultural, compartió generosamente sus conocimientos y brindó su solidaridad a la gente necesitada. Su intensa añoranza por su patria lo refleja también en composiciones como “Lejanía”, “Mi oración azul”,”Renacerá el Paraguay”, “Canto de mi Selva” y mucho otros, como “Che trompo arasa”. En esta nota nos dejan su recuerdo del Mtro Herminio referentes de la música local como Ramona Galarza, Constante Aguer y Teresa Parodi.
Por paulo ferreyra
paulo.ferreyra@yahoo.com.ar


“Herminio es aquel trompo arasa, increíble y mágico bailarín que girando con los vientos de su inspiración, nos transporta a regiones sublimes del espíritu, soplando recuerdos y reeditando encuentros con su alegre bohemia, de bondadoso buen humor, casi infantil, para sacudirnos con los expresiones musicales que brotaron en torrentes maravillosos desde su interioridad. El Maestro, continúa llenando nuestros corazones con la fuerza inefable de su pasión y, cruzando las vallas existenciales, permanece en el pensamiento de todos”, manifiesta Girala Yampey.

Este miércoles recordamos su paso hacia la eternidad. Oportunidad que nos sirve para volver sobre un creador musical que dejó profundas huellas en Corrientes. En esta nota nos dejan su recuerdo del Mtro Herminio Giménez referentes de la música local como Ramona Galarza, Constante Aguer y Teresa Parodi, plasmados en el libro en Herminio Giménez “Viento del pueblo”, libro de Armando Almada Roche.


“Nunca abandonar lo folclórico”

“Del maestro Herminio Giménez guardo lindísimos recuerdos”, manifiesta Teresa Parodi. “Fiestas, chamameceadas, encuentros y conciertos. Tanto era así que trabajé a su lado, a sus órdenes mejor dicho, en la orquesta que él dirigía. Era un hombre con un carisma muy especial y de una bondad y sencillez infinita. Siempre tenía una palabra de aliento para todo el mundo. Todos los músicos correntinos que vivimos en Buenos Aires hemos aprendido tanto de él, su entrega total a la música y la lucha por un mundo mejor y en paz.

A mi me ayudó y aconsejó mucho en materia musical y me mostró el camino verdadero que debía seguir. Me instaba que nunca abandonara lo folclórico, lo que tiene que ver con mi tierra, Corrientes. Y yo le hice caso. El tiempo me demostró después que él estaba en lo cierto. Igual consejo me dio después Astor Piazzola, otro grande de la música. Y Herminio Giménez no le iba a la zaga. Supo transmitir a su pueblo, como Astor, la verdadera esencia de la música popular elevada a cumbres increíbles.

Herminio Giménez, me atrevo a afirmar, fue un hombre que ha dejado una profunda huella en el corazón de su pueblo. Seguramente, con el correr de los años, su música será descubierta por los especialistas y valorada en su justa medida. Sin embargo, creo, el público en general ya lo ha aprobado y eso es lo que importa”, agrega Teresa Parodi.


“Admirado por sus pares”


“Herminio Giménez, aparte de colega, era un hermano para mí”, resalta Constante Aguer. “Tocamos tantísimas veces juntos, en diferentes lugares, y llegamos a trabar una amistad hermosa y duradera. Era de un corazón noble y solidario y siempre dispuesto a ayudar al necesitado. No sólo al músico, sino a cualquiera. Estaba permanentemente activo, creando, planeando nuevas obras, moviéndose de un lugar a otro.

Descubría y ayudaba a cantantes nuevos, como en el caso de la popular Ramona Galarza, creaba nuevas orquesa y conjuntos, grababa discos, etcétera, aún en los peores momentos de crisis. Nada lo detenía. Su capacidad de trabajo y creatividad no poseía límites. Sacaba aliento no se sabe de dónde y allí iba él a luchar contra molinos de viento, era un dulce quijote.

La música de Herminio Giménez es reconocida y admirada por sus pares de gran parte del mundo. Y lo que es más importante, su pueblo, el Paraguay todo, se ve representado e inmortalizado por sus bellas composiciones.


“No sé que hubiese sido de mi sin su ayuda”

Así arremete Ramona Galarza. “Hermino Giménez fue una especie de padre para mí. El me dio el espaldarazo principal en mi carrera artística en la película Alto Paraná. Su bondad sin límites, su sencillez y talento me descubrieron y enseguida me llevó de la mano hacia mi consagración. Mi encanto (por su música e indulgencia infinitas) y reconocimientos serán eternos. No sé qué hubiese sido de mi sin su ayuda. Era un niño grande, todo corazón. Y Victoria, su esposa, una mujer excepcional despojada de poses y aparato. Yo, repito, les debo mucho a ellos, quienes me cobijaron en su hogar”.



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