Historia
Lunes, 6 de mayo de 2013
Lazos entre Corrientes y Paraguay
El destacado escritor Girala Yampey deja este breve pero profundo texto donde analiza los lazos que unen a Corrientes con Paraguay. “El Paraguay, juntamente con las provincias de Formosa, Chaco, Corrientes y Misiones, además de parte del territorio brasileño, conforma una Zona de cultura similar, enlazadas una con otras que con el correr del tiempo se constituirá en un polo de revalorización de sus raíces, y logrará finalmente identificarse con una cultura propia.
Por Girala Yampey
Los rasgos, ayer desdibujados, emergen hoy definidamente, con firmeza, en una línea de integración. Aparecen globalmente con sus valores encerrados dentro de la cultura guaraní-española, o como dé en llamarse.
Corrientes y Paraguay, fueron los que, desde los albores de la Colonia, más estrechamente se acercaron y labraron en mancomún sus corrientes culturales. Plasmados por una misma línea de sangre aborigen-español, con un intenso tráfico de bienes, de personas, de ideas, y ayudados por la condición bilingüe de sus pueblos, esos intercambios se hicieron intensamente desde el inicio de sus historias, y presentan hoy una notable uniformidad. Pese a que las demás provincias, como Formosa, y Misiones, son actualmente “Más fronterizas”, por decirlo de alguna manera, Corrientes mantiene una similitud muy notable en cuanto comparamos las poblaciones campesinas de ambos pueblos.
Recordemos que la función de Corrientes se realiza con criollos venidos del Paraguay y que las relaciones mantenidas desde entonces significaron intercambios de sangre y cultura en forma permanente. En ese entonces, era época de la conquista y colonización, las provincias de Formosa, Chaco y la de Misiones, no contaban con la densidad poblacional, ni habían recibido el aporte de los migrantes.
Además, Corrientes, desde su fundación, mantuvo un fluido e intenso intercambio, con la permanente interacción que supone esa situación, con Asunción y entre la población fronteriza de ambas partes.
Recordemos, de paso, que, cuando se produce la Revolución Comunera en el Paraguay, ese grito de libertad y soberanía que aún repica en nuestros oídos (y que todos deberíamos estudiarlo mejor). En cercanías de Itati se forma el Partido de los Comuneros, que toma la población encarcelada a las autoridades españolas de la opresión y las envía al Paraguay para ser juzgados.
Así, en la historia de ambos pueblos, hay multitud de hechos políticos y económicos, como sociales y culturales, que se enlazan y obran con influencia recíproca. De tal forma, gran parte de los revolucionarios correntinos han buscado refugio en el Paraguay y los del Paraguay han buscado amparo en Corrientes. Digamos que se “Intercambiaban” sus exiliados. Dejando de lado el dolor y los perjuicios que ello ocasionaron, podemos afirmar que también han dejado su beneficio para la integración de la zona. Alguna vez, alguien con mejores estudios, podrá relatarnos los fenómenos de estos intercambios y el resultado de su interacción cultural.
Hoy destacamos un momento de toda esa larga historia, y es el ocurrido en 1947. Luego de la revolución de ese año en el Paraguay, se produjo lo que resulta ser hasta hoy, el mayor éxodo de ciudadanos paraguayos con rumbo al exilio. Lo mejor de su juventud, la más sana intelectualidad, viriles brazos campesinos, destacados obreros y sus dirigentes, ciudadanos libres y pueblo en general, fueron forzados a marchar al destierro.-
Lamentablemente el Paraguay (que en ese momento había perdido lo mejor de su población), sigue aferrado en cerrar sus fronteras a sus hijos exiliados. Desde el éxodo del 47, no superado ni cualitativa ni cuantitativamente, prosiguen los destierros. Algunas veces por motivos políticos, otras en busca de librarse de las miserias de la economía.-
Claro está que no toda migración significa un problema político en el sentido partidario, sino conlleva en sí un problema económico de subsistencia, de poder ganarse el pan para su familia. Problema digno de ser tratado extensamente y con profundidad.
Sin embargo, lo primero que debemos exigir, lo urgente a realizar, es la apertura de las fronteras a sus hijos y la instauración del ejercicio de los derechos humanos, así como el ejercicio de la Democracia.
Así podremos construir una patria liberada, con plena libertad ciudadana, con paz y justicia, no lo declamada con una falsa paz, sino una verdadera que nos permita construir en Democracia esa patria grande y soberana que soñamos, y que podrá a su vez ser partícipe de la Cooperación y liberación de nuestra américa Latina, atada del yugo de las grandes Empresas con la agobiante Deuda Externa, y no emigrarán tantos paraguayos amantes de su tierra.