Joaquín Piña Batllevell Obispo Emérito de Iguazú
En San Ignacio le preguntaron a un chico: -¿Quiénes eran los jesuitas? El inocente, muy seguro, "in situ", contestó: -Los jesuitas eran unos hombres que hacían muchas ruinas" (!). Valgan dos consideraciones: Una que "eran", lo que parece decir que no son más… Hace poco ha salido un libro que se titula: "El último jesuita", sobre la expulsión y la extinción de la Compañía. A pesar de todo, en todo el mundo somos unos dieciocho mil…
Y lo otro, que si hacían muchas ruinas querrá decir que eran, o éramos o seremos unos "arruinados". ¿Lo dirán por mí?
Y aquí, en Posadas, le preguntaron a otro niño si conocía algún jesuita. Se lo pensó y se le prendió la lamparita. -Sí. ¿cómo no? San Ignacio Miní (!) Ustedes ya saben que "miní" quiere decir pequeño, para distinguirlo del San Ignacio Guazú, (grande), que está en el Paraguay, y que fue fundado por el Padre Marcial de Lorenzana, allá por el año 1609. Creo que fue la primera de las Reducciones entre los guaraníes.
Naturalmente que los jesuitas somos parte de nuestra historia, y es una pena que no la conozcamos mejor. Pero es mucho más pena que no le conozcamos a aquel por quien existe la Compañía, que por algo se llama de Jesús. ¡Cuánta ignorancia religiosa, lamentablemente! En parte desde que se implementó en Argentina la mal llamada enseñanza laica. (Digo mal llamada, porque más que laica fue anticristiana. En la escuela pública se puede hablar de Buda, o de Mahoma, pero no se puede hablar de Jesús. Menos mal que tenemos muchos docentes excelentes, que con su testimonio de vida transmiten los valores del Evangelio). Yo respeto a todas las religiones, pero confieso que me reí una vez que pasando por delante de una escuela le escuché a una maestra que hablaba con tanto entusiasmo de Mahoma, aunque me supongo que ella era cristiana.
Me contaron que a un obrero le preguntaron si conocía a Jesús. -No trabaja en esta fábrica, -contestó. A otro le preguntaron lo mismo, y contestó: Ah, sí, es un jugador de fútbol. (Que en aquel entonces jugaba en el seleccionado de Chile)
Sin llegar a tanto, ¡qué mal que se le conoce a Jesús! Y no me refiero tanto a la historia, que al fin y al cabo, acerca de Jesús tenemos más testimonios históricos que de ningún otro de la antigüedad-, sino lo que significa Jesús para cada uno de nosotros y para toda la humanidad. La Navidad puede ser una buena ocasión para pensarlo.
Y como les he dicho otras veces, no se olviden que no existe, o no tiene ningún sentido una Navidad en la que esté ausente Jesús. Cristiana y ¡feliz Navidad para todos!
Fuente - terrritoriodigital.com