Las Hermanas Vera llevaron adelante un excepcional espectáculo chamamecero, trece mujeres cantando, seis músicos y variedad de voces y estilos para mostrar la potencialidad del chamame.
Escribe Moni Munilla. La noche del sábado pasado, el escenario del Teatro Oficial “Juan de Vera” recibió a las Mujeres del Chamamé y a un sexteto de excelentes músicos que acompañaron esta impecable propuesta de las Hermanas Vera.
A sala llena, Boni y Rafa Vera, dos cantoras que hace 42 años vienen difundiendo nuestra música desde aquellos primeros pasos en General Paz, su pueblo natal, convocaron a sus colegas, todas mujeres y algunas muy jóvenes, para mostrar y demostrar lo bien que suena el chamamé y cuánto de necesario es el espacio de promoción para cada una de ellas.
Los nombres invitados fueron once, que en la suma dieron un total de trece: Florencia de Pompert, Gicela Méndez Ribeiro, Belén Majul, Diana de Iberá, Mirian Asuad, Carolina Rojas, Marci Romero, Lorena Larrea, Laura Fusz, Susy de Pompert y Rosita Verrastro.
La experiencia y el profesionalismo de las Vera dejó llevar un programa exquisitamente organizado en el cual tuvieron igualmente mucho mérito los “muchachos” encargados de la instrumentación: Miguel Guerrero, primera guitarra; Patricio Britez, segunda guitarra; Luis Cáceres, acordeón; Franco Monzón, bajo; Mariano Velardi, batería y Omar Morais en congas y bongó, con producción general de Facundo Rodríguez.
Sumando el sonido, la iluminación y el despliegue escenográfico, el ambiente convergió para lograr la magia. Porque el chamamé en su esencia, necesita saber decirse para que así se pueda sentir.
Aproximadamente 500 personas fueron testigos de esta bendita influencia y de un gesto altruista que a sugerencia de Boni y Rafa, llegó a oídos del presidente del Instituto de Cultura, arquitecto Gabriel Romero, y entusiasmó al director del Teatro, arquitecto José Ramírez.
“Sabía que esto iba a andar muy bien y no me equivoqué”, decía luego Ramírez en el atiborrado hall del Vera, con el público esperando la salida de sus artistas.
Un poco antes, la concordancia del programa ajustó una entrada para las Her-manas Vera, una para la artista invitada y cierre con trío, tratamiento que se fue cumpliendo a medida que los nombres se pronunciaban con una breve referencia a la edad y al lugar de origen.
La riqueza del repertorio incluyó clásicos como “Merceditas”, “Adiós palomita blanca”, “Mi ponchillo colorado” y “María va”, otros como “Camino del arenal” y un final ya con el público de pie y las luces de la sala encendidas a pleno, para escuchar “Kilómetro 11”.
En su libro “El Chamamé, música tradicional de Corrientes”, el profesor Enrique Piñeyro menciona ya como registro histórico a las voces femeninas que en 1920 incursionaron en esta modalidad de canto, algunas sin mucho éxito comercial, pues los representantes nacionales descreían del virtuosismo de las mujeres para subir a un escenario y el ámbito hostil las llamó al olvido. Ya al nombrar la generación intermedia (décadas del ‘50 y ‘60), aparecen las Hermanas Vera, las únicas de una lista que enumera en el libro, de las 13 que se presentaron el sábado.
Eso sin dudas habla de una generación joven que viene pisando (y cantando) fuerte, que tiene mayor acceso y que la oportunidad redobla su costo, si se cuenta con el apoyo de señoras como Boni y Rafa Vera. Todas con voces y estilos diferentes, de nuestra capital y del interior de la provincia.
Este espectáculo promete repetirse, y ellas, mujeres al fin, comienzan a entretejer sueños: ir a Cosquín, estar en la Fiesta del Chamamé 2012 y reservar sala nuevamente en el teatro de la calle San Juan. Mientras dure la espera, queda la vivencia de una noche para el recuerdo.
Diario El Litoral - Moni Munilla