-Dios Ñanderú-eté, Ñandeyara, Dios padre y madre! ¡Dios Creador, artista y providente! ¡Bendito seas!
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Quisiera encontrar-saber-tener las más bellas palabras para decir la plegaria-rezo-alabanza que te debemos..!
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Chamameceramente, estamos, hoy, aquí y ahora, en las 7 Corrientes, en vísperas de la Fiesta de Nuestra Cruz fundacional, pero ya y para siempre, sin la Espada, eso sí, bajo la mirada maternal de la Pura y Limpia Ñandesy, María Itatí… Ella también fue y es musiquera…
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Padre Dios, nos reúne el Chamamé. Vos bien sabés : “Se trata de ese Viento Sagrado que el Espíritu Santo metió en el alma de nuestro pueblo, en el cuerpo de nuestros bailarines y dentro de nuestros fuelles chamameceros.”
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Ya, alguna vez, un poeta nuestro nos explicó:“ Desde adentro de Dios mismo,- de su inmenso corazón, - donde germina la Vida – y se enraíza el Amor,salió el Soplo Originario – de su Aliento Creador - que inundó el pecho del hombre – y se hizo Respiración… Y ese Viento Musiquero – que en nosotros se quedó: - en la Garganta fue Verbo, - fue Compuesto y fue Canción…en las Manos se hizo Música - de la Selva y la Misión… - y en los Pies se volvió Danza, - Pavo Antiguo y Picaflor… Por eso, ni bien suspira – el Fuelle en tono mayor, - todos sentimos que adentro – nos retoza el Corazón…y nos trepa por la Sangre – para estallar en la Voz, - el Grito, Palabra Extrema, - nuestra Identificación… que es Saludo y es Festejo, - Desafío, y por qué no, - Marcación de territorio – y sincera Afirmación de una Identidad gloriosa – que no aguanta la Exclusión, - y se pronuncia gritando, - así, de pie, frente a Dios..!” -
Gracias, muchas gracias,
Dios querido, por esta Música- Danza-Palabra… Por este Nuestro Antiguo “Canto”, verdadera “Trinchera Cultural”, desde donde resistimos todas las invasiones del alma y del cuerpo..
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Gracias, muchas gracias, por permitirnos hoy ser protagonistas de este verdadero acontecimiento cultural que pone a disposición de nuestra sociedad esta Cátedra… este Regazo maternal, este Nido del alma (“Chamamé raity”)!
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Gracias, por el empeño y el esfuerzo de los organizadores y el compromiso pendiente de tantos prestigiosos colaboradores, que ya prometieron su valioso aporte, y, de los que, seguramente, habrán de sumarse.
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Ayúdanos, Padre Dios, a ser inteligentes y responsables en la valoración, rescate, estudio, investigación, promoción, cuidado, difusión y defensa de este nuestro patrimonio cultural que llamamos Chamamé.
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Ayúdanos, Padre Dios, a ser justos y solidarios con todos nuestros músicos chamameceros, muchos de ellos actualmente olvidados, cuando no menospreciados y, prácticamente, excluídos de toda posibilidad artística.
-Ayúdanos, Padre Dios, a ser creativos e ingeniosos en la tarea de enriquecer y perfeccionar el Arte Chamamecero, ofreciendo a nuestros chicos la posibilidad de complementar su capacidad intuitiva con el avance técnico.
-Ayúdanos, Padre Dios, a asumir con sinceridad y madurez nuestro pasado, y a valorar el proceso histórico de esto que hoy resultamos ser y aún nos identifica: venidos del campo a la ciudad, del patio al salón, de la orilla a la cátedra.
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Ayúdanos, Padre Dios, a superar con grandeza de corazón y algo más, la dolorosa antinomia que tanto mal nos hizo dividiéndonos en “encomenderos” y “encomendados”, patrones y peonada, “gente caté” y “gente guaranga”…
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Finalmente, bendícenos, Padre Dios, para que sumando lo mejor de nosotros mismos, podamos con
esta Cátedra y su servicio a la
Cultura del pueblo de la Región, aportarle correntinamente al País algunos valores de nuestro
“Ñanderekó”, tales como nuestro sentido del tiempo y del estar, del rezo y el convite, de la fiesta y el baile y el placer… Estaremos así contribuyendo a la construcción del verdadero
Proyecto Nacional, rumbo a la
Patria Grande.-Oración-Cátedra Libre del Chamamé-Ctes.-02-05-11.- Paí Julián.-