Hace apenas unos días atrás estuvo en la ciudad de Resistencia
Jorge Suligoy, presentando su nuevo disco “Yo soy ese del sombrero”. El disco está regado de composiciones propias, “corazón de río”, “con la azada en el hombro”, “peregrino de brochero”, entre otras.
por paulo ferreyrapaulo.ferreyra@yahoo.com.ar Este nuevo material de Jorge Suligoy fue presentado por primera vez la ciudad e Puerto Rico, en el interior de Misiones, este año el músico piensa recorrer el país llevando su música. Suligoy lleva ya 25 años cantando al litoral, este último trabajo esta compuesto por temas inéditos y nuevas versiones de otros autores, donde la identidad de los hijos de misiones sobrevuela toda la obra.
Se trata de un disco que contiene 14 temas, nueve surgidos de la imaginación y creatividad de Suligoy, entre la rítmica surgen la galopa, el chamamé, mucha música regional. En declaraciones a otro medio había sostenido que rescata muchísimo la obra de Ramón Ayala. “Él habla de una forma del oprimido, de tal forma que hasta el opresor va a escuchar. Los artistas somos los custodios de lo estético, de lo bello, en contraposición de las formas burdas y violentas que hay en muchos géneros. Tenemos que recuperar el buen trato, tratar al otro como queremos que nos traten”.
Antes que nada afirma que es cantor. “Las diferencias entre chamame y galopa la hacen los mediocres. Compongo Chamamé, galopas, gualambao y lo que me dicte el corazón. Tengo clarísimo quien soy y de donde vengo. Pero ser Misionero me compromete más con la excelencia que con un género.
Cómo te sentís ante la presentación de tu nuevo disco, “yo soy ese del sombrero”. Estoy muy feliz con el resultado no solo desde lo técnico, sino porque es una síntesis buscada y lograda de lo que me pasa con la música. Es un disco que puede llegar a gustarle a gente de muchas regiones y de diferentes pensamientos. Yo no estoy en ninguna búsqueda, hace rato me encontré.
En este disco abundan tus composiciones, los temas propios, pensás que es el desafió del cantor popular – sumar nuevas canciones. Cuando trabajo los discos no busco en que entren en los records ni en los grandes festivales. Pienso en la gente que lo recibe y que está atrapada por una enfermedad, postrada o sumida en la soledad y la depresión. Mi desafío es ser compañía y en lo posible que el mensaje -porque yo si tengo algo para decir- llegue. Y ese mensaje es que podemos ser mejores, ser familia, podemos ser comunidad y a partir de allí construir una Patria de hermanos.
Hoy a nivel nacional incluso el chamamé está posicionado de otro modo dentro del folclore, y no como antes se le decía la “prima menor”. Desde tu lugar has contribuido mucho en todo esto, que sentís cuando miras para atrás y ves los discos editados y la gente con la que trabajaste. Cuando veo lo que pasa con el público cuando actuamos en algún lugar pienso en lo mucho que podemos hacer, lo que hicimos es motivo de alegría profunda. Con respecto a los que han acompañado estas cosas que me aventuré a emprender, puedo decir que es gente generosa, pero que no come vidrio, he demostrado que desde la humildad se puede conseguir todo. Algo vieron en este laburante para venir a aportar su granito de arena.
Qué significa en tu formación como músico la obra de Ramón Ayala. En realidad en mi formación como músico he tenido muchos aportes, aunque todos indirectos y sin enterarse. Ramón es un patriarca que desde su Atalaya cual Faro en la playa ilumina y guía. Su obra es inconmensurable y es lo que queda de los grandes LA OBRA.-