Con buena cantidad de público se desarrollarán las primeras noches de la fiesta en el anfiteatro Cocomarola. Programa selecto de artistas internacionales, buen clima (en el cielo y en la tierra) y pronóstico de temperatura en aumento para los ánimos chamameceros. Se viene el fin de semana y la demanda de entradas ya está en alza.
Emotiva actuación del dúo Verón-Palacios.
El camino de la sangre fue allanado para dar paso a la música del chamamé en esta semana que la tiene por protagonista exclusiva. Por las inmediaciones del barrio Mil Viviendas que alberga al Anfiteatro “Mario del Tránsito Cocomarola” y al Polideportivo donde se habilitó la Peña Oficial, las actividades se desenvuelven espiando lo que sucede en el escenario mayor. Hay algunos puestos de artesanías, mucha venta de choripán y chipá y además, bueno es decirlo, el clima afectivo de la gente que colabora en defensa de este patrimonio que estamos mostrando con orgullo propio y sin mezquindad.
Ya salvados algunos inconvenientes técnicos surgidos en la primera noche, con el pronóstico estable en cuanto a temperatura ambiente y con un variado programa en cada emisión, la 21º Fiesta Nacional del Chamamé y 7º del Mercosur avanza. El palpitar de la euforia se aproxima al sábado cuando el descanso laboral posibilite la entrada masiva de público.
Según indicaron desde la organización, “la venta de entradas fue exitosa, tanto las adquiridas por pack como individuales, aunque se espera que el pico máximo se produzca hoy. Se estima además que las siete noches deje un saldo de 100 mil personas que en total disfruten de esta fiesta.
La primera luna de esta fiesta dejó un total de 6.300 entradas vendidas, mientras que el día martes se vendieron 7.050 tickets. El miércoles cerró con 7.300 entradas cortadas, esto demuestra que con el pasar de los días el público fue colmando cada vez más el anfiteatro Cocomarola. En tanto anunciaron que las entradas para esta noche están prácticamente agotadas”.
El repaso de la cuarta noche, deja este saldo para contar:
Música gaúcha
“Nuestro chamamé brasilero comienza así”, dijo uno de los integrantes del grupo “Os Serramos” al público y arremetieron con “Tordillo negro”, continuaron con “Pescador y guitarrero”, “Kilómetro 11”, interactuaron con el público, demostraron un excelente dominio del escenario, del repertorio y del tiempo, además de rendir su homenaje (“machete” de por medio) a figuras locales de raigrambre chamamecera.
Estuvieron y dejaron sensación de poco para disfrutar de su calidez y la impecable interpretación de la música gaúcha.
El pequeño Juan Ignacio
Una tierna postal dejó en su actuación el pequeño Juan Ignacio Colman de siete años, que cantó y tocó la guitarra acompañado por José, de 14 años. “Le pedí tanto a la Virgen estar aquí un día”, dijo señalando la imagen de la Itatí, para entonar los versos de “Peregrino de la Esperanza”, con el que recibió una merecida ovación.
Tilo Escobar
Quien fuera parte del grupo de Blas Martínez Riera, el acordeonista Tilo Escobar, se presentó con su grupo. En el año 1967 cuando el bandoneonista Blasito formó su propio conjunto después de integrar el Cuarteto Santa Ana dirigido por Ernesto Montiel, Tilo hizo su ingreso, con apenas veintiún años de edad, permaneciendo en sus filas hasta el año 1986.
Su paso por el conjunto, quedó marcado en la armonización de temas como “La ratonera” o “El tropezón” y muchos más, en un álbum de exquisita factura titulado “Recordando a Montiel”. Composiciones suyas como “Mboy tatá” marcan que lo exquisito también puede ser popular. Se le entregó en la noche, un presente distintivo por su carrera profesional.
Verón-Palacios
Simón de Jesús Palacios llegó desde el fondo del escenario y se ubicó junto a sus músicos por apenas unos segundos. Es que la alegría lo hizo bajar ágilmente los escalones para pisar en firme bien al lado del público, subirse a los bancos micrófono en mano, saludando a los conocidos y leyendo los carteles (de Tandil en Buenos Aires, de Bella Vista en Corrientes y de Quitilipi en el Chaco) que lo ovacionaban. Cuando llamó a su otrora ladero Santiago Verón y cantaron a dúo a la “Chinita linda”, que es esposa de Simón y hermana de Santiago, el Cocomarola se vino abajo.
Ay Mamma
Tres mujeres (teclados, guitarra y voz) surgieron de la noche para apostarse por vez primera en la Fiesta del Chamamé y se consagraron con el visto bueno del público que no dejó de apaludirlas. “Ay Mamma” se llama el trío que cantó “Viejo Caá Catí”, “A mi Corrientes porá” y “Trasnochados espineles”, entre otros. Convocaron además a Juan “Pico” Nuñez y su bandoneón, en calidad de invitado.
Baile, video y más música
“Gente del Litoral”, fue la coreografía de Marcelo Sandoval y Mercedes D’Avis para la noche. Con el video de “El toro” e interpretaciones de artistas masculinos, el Departamento de Audiovisuales de la Subsecretaría de Cultura volvió a mostrar una interesante producción.
Los paraguayos pasaron con más música, esta vez del grupo “Los Orrego”.
Amandayé
Entrando sobre las 2 de la madrugada, el grupo “Amandayé” participó del programa. Entre los temas estuvo el clásico “Bajo el cielo de Mantilla”. Un poco más allá también se los podía ver y escuchar, ya que en la pista concedida en el Centro Polideportivo para la Peña Oficial, se armaron pantallas gigantes y como la entrada era gratuita (desde el viernes y hasta el domingo se debe abonar 5 pesos per cápita), ya las parejas se animaban al baile.
A esa hora, en la zona de camarines esperaba su turno para acceder al escenario Alejandro Balbi y entrevistados por la prensa local y nacional, estaban Los Hijos de los Barrios, también de próximo ingreso.
MONI MUNILLA. dIARIO El Litoral