Joaquín Sheridan
Martes, 4 de enero de 2011
Joaquín Sheridan
El día 31 de Julio de 1955 nace,
en Mercedes, Provincia de Corrientes, Joaquín Adán Sheridan. Pasa su infancia en el <> y a los 12 años empieza el aprendizaje del instrumento que será el canal expresivo de su vida: El bandoneón. Un tío suyo le da las primeras lecciones y luego su virtuosismo intuitivo hizo el resto. Casi todos sus hermanos son también músicos (cantan, ejecutan guitarra, bandoneón y acordeón). Justamente con sus hermanos inicia los primeros pasos como profesional. En 1970 es convocado por Carlos Talavera y, en 1971, forma el conjunto <>, con el dúo de voces y guitarras y Carlos Nuñez. Un año después integra el grupo <> de brillante actuación. En 1977, junto a Julio Cáceres y el ya famoso Roberto Galarza, inicia el camino del conjunto <>
En esta agrupación logra sus más resonantes éxitos como intérprete y compositor. Con poemas de Julián Zini, la inspiración de Ricardo <> Gómez, el <> Sheridan origina un estilo chamamecero , producto de la conjunción de talento y creatividad inusitada. El decir y canto de Julio Cáceres también aporta lo suyo; para comprender este nuevo sendero musical debemos sumar las ricas personalidades que lo conforman. Deja varios discos de larga duración con <>, que son un verdadero cofre de joyas musicales.
Desvinculado del conjunto que queda en manos de Julio Cáceres en manos, el <> se une a sus hermanos Miguel Ángel <>, y Santiago <> en voces y guitarras, y a ellos se suman Ricardo <> Gómez, y Adolfo Billordo, para crear el <> que inicia sus actuaciones en abril de 1986. Actuaciones radiales, televisivas, peñas y festivales cimentan un rápido y fulgurante éxito. Llegan al disco dejando grabadas varias placas que testimonian una manera renovada y vanguardista de encarar nuestra música.
Joaquin Sheridan ya ejecutaba con verdadero virtuosismo el bandoneón y sorprende a todos cuando pulsa un acordeón de <> de teclas y nos conmueve con su toque y “montielero”.
Los duendes de la música lo inspiraban y en el escenario se transformaba en un ser que dilataba emociones y transmitía sentimientos a raudales. Quizas el viento musiquero que ataba a sus instrumentos degastó su tiempo, un rio-padre, el viejo Paraná de tantos sueños, lo recibe en su seno un 8 de septiembre de 1989, sin devolverlo jamás.
Los sones de su bandoneón de plata y las teclas de su acordeon de oro, siguen sonando en el tiempo. El río no apagó sus sonidos. La presencia del <> Sheridan se renueva en cada bandoneón chamamecero que ejecute su <>