Uno no se da ni cuenta
Que pasa el tiempo,
Y se va la vida Y se cumplen los 50
Con ganadas y perdidas
Uno no se da ni cuenta
Entre llegada y partida
Y se cumplen los 50
Con derecha y torcidas
Los años como que vuelan
Que se juntan que se enciman.
Vienen y se quedan
Muchas veces nos dignan,
Nos dignan con horas bellas
Horas de abrazos y besos
Que te hacen contar estrellas
Y solamente por eso,
Y solamente por eso
Vale la pena ese tiempo.
Que a veces a puro beso
Se vencen los contratiempos
Uno no se da ni cuenta
Y dobla el codo dos veces
Cuando se cumplen cincuenta
Dobla el codo de la vida.
Y dobla el codo en la bebida
Que en la copa se estremece
Uno dobla y empina el codo
Y lo festeja a su modo
Porque el vino bien tomado
Tiene un hermoso costado
Cuando se toma entre amigos.
Y se abren los postigos
Para que sobren testigos
Del buen beber sin motivos.
Uno no se da ni cuenta,
Querido hermano del alma
Que ya andas por los 50.
Y enrojeciste la palma
Aplaudiéndole a tus años
Y conociéndole el paño
Al esfuerzo, al sacrificio
Sudando en varios oficios
Huyéndole al maleficio
Que te hace bajar los brazos.
Por eso hermano querido
Porque siempre te recuerdo
Y hoy quisiera estar contigo
A otro hermano le he pedido
Que del fondo saque un verso
Porque dicen que es poeta
Y él, presuroso ha traído
Este que quizás te guste
Y que habla de tus 50
Y repite tantas veces:
Uno no se da ni cuenta
Y se cumplen los 50
Uno no se da ni cuenta…
Juan Carlos Jensen
Revista Corrientes es Chamamé; III Edición; Año 2009.