en el futuro más negro, de millares de villenas, de pescadores y obreros, quien tan sólo dibujó, lo que supo ver en ellos, pero con magia calcó por fuera lo que está adentro.
Quien supo sobrellevar, en su retina del tiempo, la simpleza y el dolor de personajes costeros; una cosa es la ilusión y el vuelo del pensamiento, y otra cosa es ayunar, mascando resentimiento…
Mandové Pedroso está con su pincel justiciero, vengándose al dibujar el rostro del pueblo entero, en contra de todo el mal, que el olvido va imponiendo, en cada trazo se va la indiferencia al infierno. Mandové Pedroso va salvando nuestros recuerdos, Mandové Pedroso va, su arma es un lápiz negro.
Mandové supo encontrarse, en el papel de sus sueños, mil madrugadas con Dios, que bajó pa' conocerlo, a preguntarle por qué se borroneó su proyecto y el hombre desdibujó, su rostro humano en el tiempo.
Mandové nos regaló, en sus dibujos y frescos, lo que jamás se podrá con palabras devolverlo. Por eso quiero empuñar, en mi guitarra el afecto, porque en vida se brindó y en vida hay que agradecerlo.